Varios estudios han demostrado que los hombres y las mujeres no somos iguales en diferentes ámbitos de la vida, pero, ¿pasan los años igual por ambos sexos? La enfermera Monsterrat Capdevila explica en Deusto Salud que existen desigualdades tanto a nivel físico y biológico como a nivel social y cultural.
En cuanto a nivel social y cultural, la especialista señala los años que separan a los dos sexos en lo referente a la esperanza de vida. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad de las mujeres está en 85,44 años y la de los hombres en 80,01, y eso que se ha reducido desde el inicio de la pandemia. Tal y como indica Capdevila, esto implica que las mujeres pasen más tiempo en soledad y, por tanto, sufran con mayor frecuencia depresión.
Sin embargo, el sexo femenino presentan más autonomía en esta etapa de su vida y, sumado a que viven más años, es más habitual que haya muchas más mujeres viudas. En cambio, los hombres viudos o separados tienden a volver a emparejarse.
Durante los primeros años de la vejez, "las mujeres suelen tener muchas ganas de hacer cosas nuevas", defiende la enfermera, esto sucede porque "suelen liberarse del hecho de tener que cuidar a los hijos, mientras que los hombres van perdiendo su faceta competitiva a medida que van haciéndose mayores, con lo que se vuelven más 'caseros'", añade.
Por otro lado, a nivel físico, la piel de los hombres envejece más gruesa y grasa, lo que provoca que las arrugas aparezcan más tarde que en las mujeres, pero los surcos son más profundos. Igualmente, los cartílagos de la nariz y las orejas de los hombres continúan creciendo con los años.
El cerebro también muestra algunas diferencias. Un estudio elaborado por la Universitat Politècnica de València (@UPV), la Universitat de València (@UV_EG) y el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS) sostiene que, dependiendo del género del individuo, el cerebro puede envejecer a un ritmo muy diferente. En concreto, el cerebro del hombre envejece mucho peor que el de la mujer, sobre todo a partir de los 80 años.
Según sus responsables, este hallazgo podría emplearse para diagnosticar más rápidamente algunas patologías neurológicas.
Además, para completar los datos obtenidos por esta investigación, la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, demostró a través de un trabajo similar que el cerebro de la mujer es tres años más joven, aproximadamente, que el de un hombre de la misma edad. Una diferencia que puede hacerse visible durante la juventud y que persiste en la edad adulta.
