Irene Alcaraz
Sociedad
El lenguaje universal existe y es similar hasta en 187 países
Un estudio de Harvard descubre cuál es
Da igual en qué lugar del planeta nazca un bebé, que este siempre comprenderá el lenguaje universal de los humanos. Se trata precisamente del denominado habla infantil, es decir, de la adaptación acústica, semántica y gestual que emplean los adultos para comunicarse con los bebés.
Un estudio reciente de la Universidad de Harvard, publicado en la revista Nature, demuestra que esa adaptación es prácticamente idéntica en todas partes del mundo, con independencia del idioma o de la cultura en la que se produzca.
Punto de partida y experimento
En 1964, Charles Ferguson definió este fenómeno como 'baby talk' o habla infantilizada para diferenciarla del ‘habla normal’ de los adultos. Sin embargo, sus investigaciones no abarcaron más de seis países. Por esta razón, el equipo de Harvard quiso ampliar el estudio y logró encontrar respuesta en hasta 187 países.
Lo que hicieron fue recoger 1.615 grabaciones de habla y canciones dirigidas a bebés y adultos, producidas por 410 personas en 21 culturas diferentes, lo que incluía desde grabaciones en habla inglesa en San Diego hasta una sociedad de cazadores-recolectores hadza en el este de África.
Desde el inicio, los investigadores percibieron cómo los adultos cambiaban sus patrones de habla al interactuar con los bebés.
Resultados
Tras esta recopilación, crearon una plataforma en inglés llamada ‘Who’s listening?’ ('¿Quién está escuchando?') para que usuarios a través de Internet contestaran si las grabaciones tomadas estaban dirigidas a bebés o adultos.
La encuesta llegó a 51.065 personas de 187 países, que adivinaron cuándo la vocalización estaba dirigida a bebés.
“Nuestro estudio proporciona la prueba más sólida hasta el momento de si existen regularidades acústicas en las vocalizaciones dirigidas a bebés en todas las culturas”, apuntó Courtney Hilton, doctora en psicología y coautora del estudio.
Similitudes entre humanos
Al término del estudio, los investigadores pudieron concretar tres rasgos presentes en la mayoría ‘hablas infantilizadas’ del mundo: agudizar el tono de voz, variar el timbre y adquirir un tono cercano al musical eran características que se repetían frecuentemente entre los hablantes adultos cuando intentaban comunicarse con un bebé.
¿También con animales?
Otro fenómeno sorprendente fue la posible similitud incluso con los animales: "Cuando estábamos seleccionando las características con las que observar el canto y el habla dirigidos por bebés, apelamos específicamente a algunos principios bioacústicos básicos que pueden mantenerse constantes no solo en humanos, sino en diferentes animales", dijo Cody J. Moser, coautor del artículo: “Las cosas sobre la forma en que alteramos nuestro tono hacia nuestros bebés pueden tener sus raíces en las formas en que otros animales se comunican entre sí".