La histórica fundadora del Partido Feminista, Lidia Falcón O´Neill (Madrid, 1935), que se abrió camino durante la dictadura y la Transición entre la censura y las encarcelaciones que sufrió, no ha perdido un ápice de su espíritu crítico y combativo. A sus 85 años reflexiona en tono ácido sobre el pasado y el futuro del feminismo, mostrando su disconformidad con los nuevos derroteros hacia donde caminan "algunas que se dicen feministas y no lo son", en referencia a lo que en su opinión representa la ministra de Igualdad Irene Montero.
Así, Falcón (@lidiafalconone1) protagoniza una de las polémicas que enfrenta actualmente al feminismo: la Ley Trans, sobre la que ha mostrado su oposición frontal y que le ha llevado a varios procesos judiciales y a no participar en las manifestaciones del 8M 2020. Sobre éstos y otros asuntos ha charlado esta abogada, escritora y periodista con 65Ymás. "Este año, online y en grupos reducidos, seguiremos luchando por los derechos de las mujeres, porque en un siglo no se ha avanzado nada".
PREGUNTA.- Has sido una histórica del feminismo desde los últimos años del franquismo y la Transición, ¿cómo fue abrirse camino en esa época?
RESPUESTA.- Era duro. Lo que pasa es que yo también era comunista, lo cual era más duro todavía. Yo soy de una familia de izquierdas que durante generaciones siempre estuvo intentando que el país saliese adelante y eso lo aprendí desde que nací. En en año 1959 me hice del Partido Comunista y el feminismo formaba parte también de ese proyecto de transformación y de progreso. Y así nos manifestábamos, pero lo cierto es que fue duro, ya que acabé en la cárcel en varias ocasiones por diversas razones.
Además, cuando hablábamos de la mujer, nos censuraban las conferencias y artículos, porque consideraban que eran 'cosas de mujeres'. El desprecio machista absoluto que había en la época consideraba que "nos quejábamos de vicio". Luego, cuando ya empecé a tener más relevancia al publicar varios artículos y libros como Los Derechos Civiles de la Mujer ( 1962), me empecé a plantear cosas. Y ya, el que realmente se hizo más famoso y me situó en los medios de comunicación, fue Mujer y Sociedad, que salió en 1969, pero sufrió dos años de censura.
P.- Algunas de nuestras lectoras recordarán 'Cartas a una idiota española' en la que mezclabas ironía y casos reales para hablar de los problemas de las mujeres...
R.- Sí, fue muy bonito, esos recortes luego se convirtieron en libro. Fue una época complicada hasta la muerte de Franco. Las Naciones Unidas declararon en 1975 el Año Internacional de la Mujer y yo estaba en la cárcel, en la que permanecí hasta casi la muerte de el dictador. Entonces lo que concebimos con otras compañeras fue crear una revista feminista Vindicación y otras tantas cosas, hasta que creamos el Partido Feminista en 1979, que no fue legalizado hasta 1981. Fue un largo camino.
P.- ¿Cómo ves la evolución del feminismo en las últimas décadas?
R.- Recuerdo que durante la Transición –en la que también sufrí censura– empezaron a aparecer feministas como hongos con la apertura que se produjo. La mayoría venían de partidos políticos y antifranquistas. Y también se sumaban jóvenes que empezaban a abrir los ojos entonces. Aquí se crearon muchas asociaciones feministas como nuestro partido a finales de los 70, que ha sido el empeño de mi vida, porque las mujeres sin poder político no hacen más que performance. Hacemos manifestaciones, entrevistas, encuentros en la calle, pero eso es un movimiento cultural y eso no tiene poder. Y hasta hoy.
"Las mujeres sin poder político no hacen más que performance"
P.- Y trayéndolo a la perspectiva actual, ¿crees que las jóvenes feministas escuchan a las veteranas?
R.- Las jóvenes feministas no solo no escuchan a las veteranas sino que las desprecian. Yo estoy sorprendida, por no decir otra cosa, porque nosotras las que salimos a la luz en la posguerra, admirábamos a nuestras antecesoras. Además, las mujeres republicanas consiguieron la igualdad de derechos, fueron perseguidas, asesinadas y exiliadas. Bueno, pues pasó aquello y nosotras las teníamos como mentoras y heroínas, que son lo que son.
Bueno, pues ahora me encuentro con que las generaciones jóvenes creen que ellas han descubierto el mundo, el adanismo. Esto yo creo que es producto de un proceso muy largo y profundo de desinformación y de una educación que niega que los valores anteriores. Y eso lo ha hecho el franquismo, pero lo más dramático es que la democracia no lo ha corregido. La escuela no enseña nada de todo esto, por lo que la gente tiene ignorancia, resentimiento y prejuicios. El resultado es este, que las jovencitas salen a tocar tambores el 8M y se creen que son feministas.
" Ahora me encuentro con que las generaciones jóvenes creen que ellas han descubierto el mundo, el adanismo"
P.- Hemos visto recientemente confrontaciones con Unidas Podemos y la ministra Irene Montero respecto al feminismo. ¿Crees que habláis el mismo idioma?
R.- Vamos a ver, ni Irene Montero, ni Podemos son feministas. Aquí hay una confusión que ellos mismos propician porque son unos populistas-peronistas. Esta gente gobierna por las circunstancias políticas y electorales complejas que se han dado, pero el feminismo no son ellos eh. Y nosotras con ellas no tenemos más que puntos de contacto dolorosos.
El feminismo tiene en este momento miles de mujeres, y muchos hombres, que sabemos quién es el enemigo: el patriarcado, y cuál es el camino que tenemos que seguir hacia la igualdad. Y en eso estamos, pero el ministerio de Igualdad no tiene nada feminista. Son unos oportunistas, que se han montado un tinglado y que ahora están dominados por el movimiento trans.
P.- De hecho la polémica contra la Ley Trans te ha costado incluso que te echasen de Izquierda Unida...
R.- Sí, es que es terrible lo que está pasando y además, ante mi sorpresa. No imaginé nunca que esto fuera a pasar. Cuando nos hemos manifestado en contra de la llamada Ley Trans, que se presentó ya en 2017, luego en 2018 sin aprobarse... Hasta que en diciembre de 2019 una miembro del equipo de Igualdad dijo que la iban a sacar adelante y que ya no seríamos "hombres, ni mujeres, ahora seremos progenitores gestantes y no gestantes". Entonces ya las mujeres no existimos, ni el sexo con el que nacimos....
Es el derrumbamiento de todo lo que hemos construido en dos siglos en la lucha por los derechos de la mujer. Cuando lo vimos, hicimos un comunicado en el que mostrábamos nuestra postura en contra y entonces Izquierda Unida, partido con el que estábamos coaligados, y lo seguimos estando hasta que se resuelva este asunto judicialmente, comenzaron un proceso de expulsión. Esto no es feminismo, si acaso será transgenerismo, que además está propiciado por las farmacéuticas y los médicos sin vergüenzas.
"Ni Irene Montero, ni Podemos son feministas"
P.- Pero el hecho es que este tema ha abierto una brecha en el feminismo. ¿Será posible volver a unir posiciones?
R.- No, es que esto no es feminismo. El feminismo siempre ha tenido una línea coherente pero esto es ir contra la naturaleza. Esto es insensato. Estamos en una distopía, un momento de locos en el que uno desea por ensoñación estar en otro cuerpo y se le la sin control parental y ni apenas médico. Y este fue el motivo fundamental por que el no participamos en las manifestaciones del 8M de 2020, dirigida por Montero.
Tenían eso en su programa, aparte de la prostitución y los vientres de alquiler y todo ese negocio infame de contratar a mujeres pobres para criar niños en su barriga y luego quitárselos. Es que todo esto, si lo observamos en su conjunto es una distopía. Un mundo monstruoso, siempre contra las mujeres. Y por eso no fuimos a esa manifestación que por otro lado no tendría que haberse celebrado porque ya estábamos con los contagios de coronavirus al alza.
P.- Y dejando de lado Podemos, ¿por dónde pasa en tu opinión el futuro del feminismo?
R.- Por la política, sin poder político no avanzaremos nada. Tenemos que tener la influencia para que las leyes sean feministas y el poder judicial deje de ser nido de machistas que es. Por eso tiene que pasar, porque si no pasa por ahí, seguiremos saliendo un día a la calle a bailar y ya. El problema es que en España no hay conciencia de clase. Luego cuando el marido les pegue, ya se enterarán, o cuando no encuentren trabajo o le paguen la mitad que al compañero o las denigren en su puesto, pues entonces dirán "mira lo que me está pasando". No hay suficiente conciencia, pero te aseguro que es el único futuro.
P.- ¿Cuáles son los puntos clave sobre los que se debería avanzar?
R.- Pues los de siempre. Salvo el voto, el divorcio y el aborto que son los tres hitos que defendimos entre el 75 y el 85, en lo demás no hemos avanzado nada y eso es preocupante. Las diferencias salariales siguen siendo las mismas. Y ahora con la pandemia y la crisis económica pasa aún más. A las mujeres les hacen contratos de tres horas. Hay un millón más de mujeres en el paro que de hombres y todo irá a peor. Y si seguimos, hablamos de la custodia compartida, de los vientres de alquiler...seguimos todavía en esa lucha. Esto está en la agenda de todo el feminismo internacional que comparte la lucha por la igualdad y la solidaridad como mensajes fundamentales. Y muchas mujeres jóvenes lo apoyan, pero ahora no me sé los nombres.
"Salvo el voto, el divorcio y el aborto no hemos avanzado nada en el último siglo"