El Ayuntamiento de Lloret de Mar (Girona) y las organizaciones empresariales turísticas de la ciudad han consensuado un plan para ser "el destino más seguro posible", que prevé la separación a personas mayores, familias con niños y adultos sin niños en sus playas (uno de los principales destinos turísticos de España y segundo de Catalunya), además de limitar su aforo, en el marco de la crisis económica y social provocada por la emergencia sanitaria del coronavirus.
Se trata de una medida positiva para el doctor Juan Manuel Martínez, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA): "La decisión va encaminada a evitar un riesgo sanitario, algo lógico teniendo en cuenta que los mayores tienen disminuido su sistema inmunológico. Hay que luchar contra esa situación y esa lucha lleva a separar a las personas por grupos de edad".
En un comunicado, el consistorio ha explicado que el plan tiene que servir para garantizar que Lloret está "totalmente preparado para recibir visitantes durante la temporada turística de este verano", antes del próximo 15 de junio.
El plan adapta los protocolos de seguridad y sanidad en todo el municipio -vía pública, seguridad, playas, hoteles, apartamentos, viviendas de uso turístico, campings, restauración, comercio, deporte y ocio-, y prevé cuatro etapas, con formación para empresas y los 4.000 trabajadores del sector.
"Estamos trabajando para avanzar todo el trabajo que sea posible antes de que se hagan públicas las normas y, de este modo, esperamos ya tener preparadas casi todas las medidas que se exigirán por parte del Estado a los establecimientos y a los destinos para poder abrir ", ha explicado el alcalde de Lloret de Mar, Jaume Dulsat.
Un equipo de seguridad de 35 profesionales velará por el cumplimiento de esta norma que se aplicará a las playas de Lloret y Fenals en las que se controlará el acceso a la arena, algo que no sucederá en el resto de calas del municipio que si bien limitarán su aforo no aplicarán la separación de los distintos grupos de edad.
En el sector que estará reservado para las personas mayores, se permitirá el acceso tanto individual como en parejas y dispondrá de una doble pasarela que facilitará el acceso y abandono de la playa, así como un servicio de baño asistido que funcionará por reserva previa.
En el sector reservado a las familias con niños se vigilará especialmente el distanciamiento físico, ya sea en la arena o en el mar, y contará con dos espacios, uno de ellos dedicado al juego de los menores, en cada uno de los cuales habrá un servicio de vigilancia.
Por último al sector de adultos sin niños se impedirá el acceso de estos últimos y por contra se permitirá la formación de grupos de amigos. En cualquier caso, tanto las duchas como los servicios públicos, sólo entrarán en funcionamiento si se puede garantizar que no existe riesgo de contagio.
