Sociedad

Los retos del urbanismo y la arquitectura ante la longevidad

65ymás

Miércoles 1 de mayo de 2019

4 minutos

La Jornada 'Arquitectura y Sociedad. Los retos ante la vejez' tendrá lugar el 6 de mayo en Málaga

Arquitectura
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Miércoles 1 de mayo de 2019

4 minutos

Programa de la Jornada 'Arquitectura y Sociedad. Los retos ante la vejez'

Los desafíos del urbanismo y de la arquitectura ante la longevidad será el tema en torno al que girará la Jornada 'Arquitectura y Sociedad. Los retos ante la vejez', que se celebgrará el próximo lusnes 6 de mayo en Málaya y que está organizada por la Fundación Arquitectura y Sociedad (@arquisoc), Arquitectos de Málaga (@coamalaga), Ayutamiento de Málaga (@malaga) y la Diputación de Malaga. Un encuentro que contará con la participación, entre otros, de Pilar Rodríguez Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares para la autonomía personal (@FPilares)Iñaqui Ortega, director de Deusto Business School en Madrid (@deustoDBS); y Ana Bedia, directora de 65Ymás (@65ymuchomas).

Durante la Jornada tendran lugar diversas ponencias y mesas redondas en torno a cómo la arquitectura tiene que compartir las preocupaciones y los desafíos de nuestra época y contribuir a las soluciones que reclama la sociedad actual en áreas como el desarrollo sostenible, el medio ambiente, el urbanismo integrado y la acción social en su más amplia acepción.

Según el INE en 2018 había en España 8,9 millones de personas mayores de 65 años y la ONU señala que en 2050 una de cada tres personas será mayor de 65 años, es decir aproximadamente 15,2 millones alcanzarán esa edad. La pirámide de población española ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. De un país de mayoría de población joven, hemos pasado a un modelo de pirámide invertida en el que el grueso de la población está jubilada o (pre)jubilada.

Hasta ahora el modelo social español había abordado esta etapa de la vida de los mayores de dos maneras: asumiendo las familias el cuidado de los mismos, de manera interna (en sus propios domicilios) y de manera externa alojándoles en las llamadas residencias de mayores. Este modelo social ha cambiado y es también un hecho que cada vez hay más personas, en esa franja de edad, con un nivel cultural medio alto con ganas de gestionar su vida y su tiempo libre a su manera.

En el caso de mayores independientes y económicamente favorecidos, la solución pasa por comprar una vivienda en la ubicación deseada (generalmente en las zonas costeras) más pequeña y que en realidad no está diseñada para sus necesidades y en el caso de las personas solas o con problemas dependencia costearse una residencia, cuyo precio puede variar desde una categoría inferior a un cuasi hotel de lujo. Sin cuestionar el modelo económico o el precio de estas opciones, lo que sí cabe es cuestionarse las soluciones arquitectónicas dadas para dichas situaciones, ya que en la edad de retirada probablemente no sean necesarias las tipologías actuales ni tampoco un hogar del pensionista porque lo que está muy claro es que nuestros mayores ya no juegan al dominó ni bailan pasodobles.

Sean cuales sean las circunstancias de las personas de edad avanzada, todos tienen derecho a vivir en un ambiente que no limite sus capacidades y teniendo en cuenta que las características de su entrono diseñado influyen de un modo determinante en la posibilidad de disfrutar de un envejecimiento activo, saludable y de una buena calidad de vida.

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