Luis Aragonés, el hombre que cambió el destino del fútbol español
Martes 19 de febrero de 2019
ACTUALIZADO : Martes 19 de febrero de 2019 a las 1:10 H
7 minutos
Se han cumplido 5 años de la muerte de Luis Aragonés, un jugador irrepetible y un entrenador genial
Martes 19 de febrero de 2019
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“Y ganar y ganar y ganar... y volver a ganar, y ganar y ganar... Eso es el fútbol”, esa era la filosofía de Luis Aragonés, el ‘Sabio de Hortaleza’, aunque él declaró: “Me gusta más de mote 'Zapatones' que 'Sabio', porque sólo sé que no se nada”. De él dijo otro grande del fútbol, Xavi Hernández, que “la palabra fútbol en el diccionario tendría que llevar al lado la foto de Luis. Luis es el fútbol hecho hombre, el fútbol hecho persona”.
Enamorado del fútbol, “lo más agradable es dedicarme a esta profesión. Sólo con pisar un campo me encandila, el olor a hierba”, confesó en una ocasión, la larguísima carrera de Luis Aragonés Suárez (Madrid, 1938 - 2014), tanto como jugador como entrenador, tuvo su culminación con la victoria de la selección española en la Eurocopa de 2008, el segundo título importante que ganaba el equipo nacional desde que se se proclamó campeón de la segunda edición de esta competición que se había celebrado en 1964, 44 años antes.
Fue el propio entrenador dijo al comenzar aquel campeonato: "Si no estoy con este equipo en la final, soy una mierda" y antes de jugar la final arengó a sus jugadores diciéndoles que "del subcampeón no se acuerda nadie". Tras aquel partido les profetizó: “Formáis un grupo que, para el que venga, si quiere... Hemos ganado una Eurocopa pero podemos ganar un Mundial”. Dos años más tarde, Iker Casillas levantó al cielo de Johannesburgo la primera copa mundial de la historia de España.
Así era Luis, carismático, de arrolladora personalidad, Luis Aragonés no renunció nunca a decir lo que pensaba cuando, donde y como lo pensaba, sin importarle lo más mínimo que fuese o no políticamente correcto. “Digo más veces al día ‘Vete a tomar por el culo’ que ‘Buenos días’”, aseguró durante una rueda de prensa, y en otra comparecencia antes los medios explicó: "Tienen un día libre (los jugadores) después del partido con sus mujeres y lo que sea, tienen libre. Pueden hacer lo que quieran y lo que deseen, porque estar conmigo es para cagarse".
Pero su carácter nunca le impidió ser un jugador irrepetible y un entrenador genial. “No ha sido un grande, sino el más grande. Fue un genio al que todos queríamos”, declaró tras su muerte Pep Guardiola antes de explicar que “¡Aragonés hizo posible lo imposible! Cambió la mentalidad de un país, con apenas cambiar el de una generación. Logró que la nación entera se creyera que no solo podía ganar, sino que debía hacerlo y no conformarse con ello, sino todo lo contrario e ir por más”.
Luis Aragonés, el futbolista
Había nacido en el ya desaparecido municipio de Hortaleza (donde ahora hay, como homenaje aél, un molito culminado por un balón), actualmente distrito de Madrid, pero sus primeros pasos como futbolista los dio en el colegio del Recuerdo de los jesuitas en Chamartín, donde cursó el bachillerato. Fue desde allí donde, con 15 años, dio el salto al ya desaparecido Club Getafe Deportivo, precursor del actual Getafe Club de Fútbol, y allí militó durante cinco años hasta que en 1958 ojeadores del Real Madrid recomendaron su fichaje con la idea de cederle a otros equipos para que fuera formándose como jugador. Así fue como comenzó su periplo por equipos de la segunda división jugando en el Recreativo de Huelva, Hércules de Alicante y Plus Ultra, que más tarde se convertiría en el Real Madrid Castilla.
Su debút en primera división llegó tarde, a los 22 años, y fue en 1960 con el Oviedo, club al que también llegó cedido a mitad de temporada desde el Real Madrid. La siguiente temporada se desvinculó del equipo blanco y fichó por el Betis, donde jugó tres años en 82 partidos marcando 33 goles.
Ya en 1964 se incorpora al equipo de su vida en el que a día de hoy Luis Aragonés es una leyenda, un símbolo del club adorado por la afición que le sigue recordando en sus cantos de ánimo a los jugadores, el Atlético de Madrid. Allí jugó como interior derecho, con el 8 a la espalda, y de inmediato se convirtió en el organizador indiscutible de la delantera rojiblanca.
En su etapa como jugador rojiblanco, de 1964 a 1974, ganó tres Ligas y dos Copas de España, en 1970 ganó el trofeo Pichichi al máximo goleador del campeonato (compartido con su compañero José Eulogio Gárate y Amancio Amaro).
En su última temporada pudo haber vivido el que hubiera sido el momento más feliz de su vida deportiva como jugador, pero no pudo ser. El 15 de mayo de 1974 el Atlético de Madrid disputaba la final de la Copa de Europa en Bruselas frente al poderoso Bayern de Munich. El partido terminó con empate a cero. En la prórroga Luis lanzó de forma magistral una falta que adelantaba a los rojiblancos, pero en la última jugada del encuentro, a 30 segundos del final, los alemanes empataron. Por primera y única vez la UEFA decidió que se jugara un partido de desempate dos días después y, totalmente hundido, aquel partido lo perdieron los rojiblancos por cuatro a cero. Luis, el equipo y todos los atléticos estaban desolados.
En el comienzo de la temporada 1974-75, Luis Aragonés, a punto de cumplir 36 años, había jugado seis partidos con su equipo, pero el presidente del club, Vicente Calderón, le pidió que colgara las botas y se pusiese al frente del equipo sustituyendo al entrenador, el argentino Juan Carlos Lorenzo. Allí comenzó su nueva y también brillante etapa en los banquillos.
Luis Aragonés, el entrenador
Aquella primera temporada de Luis Aragonés como entrenador del equipo resultó inolvidable para los aficionados atléticos. Como campeón de Europa le tocaba al Bayern Munich disputar la Copa Inercontinental a doble partido contra el campeón de América, el Club Atletico Independiente. Pero en aquella época los equipos argentinos tenían la bien ganada fama de ser excesivamente duros en su juego, de hecho, en otra final disputada entre Milán y Estudiantes tres jugadores fueron a parar directamente a la cárcel por orden expresa del presidente del país que les acusó de haber avergonzado al país, lo que motivó el miedo de las estrellas del Bayern que finalmente decidió no jugar ese partido que finalmente sí disputó el subcampeón de Europa, el Atlético de Madrid, cuyo portero, Miguel Reina (padre del también portero de la selección española, Pepe Reina) declaró con una sonrisa al periodista Alfredo Relaño: “¡Si nosotros casi teníamos más argentinos que ellos! ¿Qué íbamos a temer?”.
Bajo la batuta de Luis, en su primera cita de esa categoría como entrenador, los madrileños perdieron en Argentina por uno a cero, pero en el partido de vuelta jugado en el Vicente Calderón remontaron dos a cero y el equipo se convirtió en el único campeón del mundo que no había sido previamente campeón de Europa.
Su primera etapa como entrenador del Atlético de Madrid fue de 1974 a 1979, pero también volvió en 1979, 1983, 1987, 1991 y 2001, después de que el equipo de sus amores sufriese dos años ante uno de los batacazos más duros de su historia al descender a segunda división de la que con Luis al frente, el equipo quedó campeón y regresó a primera. Con los colchoneros ganó Luis 1 Liga, 3 Copas, 1 Supercopa de España y 1 Copa Intercontinental.
En su carrera como técnico en España, además de a ‘su’ Atlético de Madrid, también entrenó al Betis en dos etapas; Barcelona, con quien ganó una Copa del Rey; Español; Sevilla; Valencia; Oviedo; y Mallorca, también en dos ocasiones. En total, fueron 757 partidos en los que participó como entrenador en Primera División.
Con la selección nacional trabajó cuatro años hasta conseguir proclamarse campeón de Europa contra Alemania en 2008. Tras abandonar el cargo de seleccionador fichó por el Fenerbahçe turco por dos temporadas pero en 2009 rescinde su contrato y deja Estambul. De nuevo en España le ofrecen volver a entrenar al Mallorca, pero Luis lo rechaza y anuncia su retirada de los banquillos en diciembre de 2013. El 1 de febrero de 2014 la leucemia pudo con él y falleció a las seis y cuarto de la mañana.