¿En Madrid pero con ganas de playa? Te proponemos un destino a menos de dos horas

Última semana de agosto. Muchos madrileños regresan de la playa unos días antes de terminar el mes y al poco de llegar se arrepienten. ‘Podría haberme quedado un par de días más’. Para ellos y para todos los que anhelan unas últimas horas de playa antes de la vuelta a la rutina, traemos un destino que os puede entusiasmar: el pantano de Bolarque, en Guadalajara. Un embalse que, por sus aguas cristalinas, te hará sentir en un mar tropical sin alejarte más que hora y pico del centro de Madrid.

El embalse de Bolarque

Inaugurado en 1910 por Alfonso XIII, la presa de Bolarque fue la primera en generar energía hidroeléctrica para satisfacer la demanda de Madrid. Ubicada en el río Guadiela, junto al municipio de Almonacid de Zorita (Guadalajara), actualmente se ha convertido en un atractivo turístico para los huérfanos de playa que buscan escapar del calor, digamos, ‘casi sin salir de casa’.

Cómo llegar desde Madrid

Saliendo desde la estación de Atocha (Madrid centro), el embalse se encuentra a unos 100 km de distancia, lo que equivale, según Google Maps, a 1 hora y 19 minutos con peaje y 1 hora y 22 minutos sin peaje.

No obstante, se recomienda llevar dinero en efectivo, ya que la entrada a la playa cuesta 6 euros por persona de lunes a viernes y 10 euros por persona los fines de semana y festivos.

También es aconsejable salir temprano, ya que tiene un aforo limitado de 800 personas y en verano es posible quedarse fuera.

Todo tipo de actividades

Una vez allí, las actividades que se pueden realizar son innumerables. Para los que quieran sentirse como en la playa, el paraje cuenta con una zona donde dejar las toallas y varios kioskos y chiringuitos desde los que observar las aguas turquesa de este entorno natural.

Los más aventureros podrán alquilar por horas un kayak, una tabla de paddle surf o una barca a pedales y darse un ‘paseo’ por las inmediaciones del río. Entre los lugares favoritos para visitar, se encuentran la cala de Las Moras, la playa Chica o la Cueva de la tortuga, donde, como su propio nombre indica, se pueden observar tortugas salvajes.

Para explorar lugares un poco más alejados pero que vale la pena visitar, te recomendamos el Desierto de Bolarque, un conjunto de ruinas monasteriales que en su momento fueron un importante lugar de retiro para los monjes carmelitas que se consagraron a la vida contemplativa. Según cuenta el libro 'El Desierto de Bolarque', de Antonio Herrera Casado y Ángel Luis Toledano Ibarra, el lugar se teñía de niebla traída del Tajo y hacía todavía más difíciles de localizar a estos monjes ermitaños.

Otro lugar fantástico para poner el broche a un día en el embalse es el Mirador de Bolarque, que exige una caminata cuesta arriba pero que culmina con unas hermosas vistas del embalse y del río Guadiela.