Sociedad

La madrileña Teodora Cea se convierte en la persona más longeva de España

Raúl Arias

Jueves 12 de septiembre de 2024

ACTUALIZADO : Miércoles 18 de septiembre de 2024 a las 8:54 H

4 minutos

Tiene 112 años

La madrileña Teodora Cea se convierte en la persona más longeva de España
Raúl Arias

Jueves 12 de septiembre de 2024

4 minutos

La madrileña Teodora Cea acaba de convertirse, con 112 años, en la persona viva más longeva de España. Lo hace después de que este miércoles falleciera la extremeña Silveria Martín a los 114 años, quien a su vez ostentaba ese honor tras la muerte el pasado 19 de agosto, a los 117 años, de la catalana Maria Branyas, que era a su vez la persona más longeva del mundo y la octava en el ranking histórico de las que han vivido más tiempo.

Teodora Cea Bermejo nació el 1 de abril de 1912 en El Escorial, donde reside actualmente. Su marido murió a los 60 años y el único hijo que vive, José Luis, tiene 77 años. Su única nieta, María Dolores, tiene 50 años y ambos están muy pendientes de que no les falte de nada.

Teodora ha sobrevivido a la Primera y Segunda Guerra Mundial, a la pandemia de gripe, a la Guerra Civil y a la pandemia de Covid, enfermedad que superó de forma asintomática.

El doctor Manuel de la Peña, de gran prestigio internacional como académico, director de la cátedra del corazón y longevidad y presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, que ha realizado un tour de entrevistas clínicas a las personas más longevas del mundo y que se recogen en la Guía para vivir sanos 120 años, considera que en la longevidad de Teodora han influido mucho sus hábitos y estilos de vida saludables, es decir, su epigenética, ya que entre sus costumbres destacan la comida sana a base de verduras.FOTO 2Teodora Cera, con el libro del Dr. Manuel de la Peña: 'Guía para vivir sanos 120 años'

Eso sí, a esta madrileña le encanta el chocolate con churros y siempre le ha gustado bailar y caminar, siendo delgada. No se queja de ningún tipo de dolor. A pesar de ser hipertensa, como es muy disciplinada con su tratamiento, su tensión arterial está perfectamente controlada, ya que tenía 130/70 cuando la visitó el doctor el pasado mes de mayo. Su frecuencia cardíaca estaba en 79 pulsaciones por minuto en reposo, pero presenta una fibrilación auricular, es decir, latidos irregulares, que es la arritmia más frecuente.

Por este motivo está anticoagulada para protegerla contra un ictus. Asimismo, el doctor De la Peña observó que la saturación de oxígeno era de 95.

Su verdadero problema es que no siente la necesidad de beber agua y hay que ir dándosela a ratitos, algo que ocurre con frecuencia en los supercentenarios. Recientemente, tuvo una infección de orina y, precisamente por beber poco, la dejó un poco debilitada.

A los 105 años se cayó y la operaron de la cadera, y con el reemplazo no hizo rehabilitación y perdió mucha movilidad. También la operaron de cataratas y, por tanto, tiene una visión perfecta. Y al igual que los supercentenarios, tiene disminución de la audición y la piel de sus manos es finísima, aterciopelada, subraya el doctor De la Peña.

A lo largo de las conversaciones con el médico, Teodora mostró en todo momento que sus facultades mentales están conservadas. Además, tiene mucha fe y una de sus costumbres es rezar todos los viernes el rosario. Uno de sus grandes recuerdos es cuando hizo la primera comunión. Le encantaría que su nieta, María Dolores, se casara por la iglesia y poder asistir a la ceremonia.

Sobre el autor:

Raúl Arias

Raúl Arias

Raúl Arias es periodista especializado en Política, Economía y Sociedad. Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en diferentes medios de tirada nacional, siempre pegado a la actualidad.

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