María Branyas, la persona más longeva de España, cumplió este pasado 4 de marzo nada menos que 114 años. A diferencia del año pasado, cuando la pandemia del coronavirus aún era muy incipiente, no ha podido celebrar esta fecha con normalidad a causa de las restricciones por el Covid, una enfermedad que ella ya superó y de la que recientemente ha sido vacunada.
María es la segunda persona más longeva del mundo en vencer al coronavirus, después de la monja francesa Lucile Randon, que recientemente pasó la enfermedad con 117 años. Esta hazaña la logró en abril, en la residencia de mayores de Olot (Girona) en la que vive, sin ni siquiera necesidad de estar ingresada en el hospital.
Su ejemplo sirvió para que pusieran su nombre –'Proyecto Branyas'– al mayor estudio de Europa de investigación sobre el impacto del Covid-19 en centros geriátricos, llevado a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la plataforma farmacológica Farmàcia de Dalt.
Hija de un periodista de Pamplona que fue responsable de la revista americana Mercurio y de una publicación barcelonesa, María Branyas nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco (Estados Unidos), donde su padre había ido por trabajo después de pasar una temporada en México. Tras un largo periplo por Nueva Orleans y por las localidades catalanas de Barcelona, Banyoles, Girona, Calonge i Sant Antoni y Palol de Revardit, desde hace unas dos décadas vive en la residencia Santa María del Tura de Olot, donde tenía una amiga y prima de su marido.
Esta centenaria dispone de cuenta de Twitter, gestionada por su hija y su yerno y donde se hace llamar Súper abuela catalana. "Muchas gracias a todos. Quiero agradecer el afecto de todo el personal de la residencia. Ha sido un año muy complicado, de mucha ansiedad. Pero, ¿sabéis qué?. La vida sería imposible si lo recordáramos todo. El secreto está en saber elegir lo que hay que olvidar", ha indicado en un mensaje en esta red social en las últimas horas para agradecer todos las muestras de cariño recibidas por su cumpleaños.
Además, con motivo de esta celebración dejó también unos versos de José Saramago ("Tengo la edad en la que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos. Tengo los años necesarios para vivir libre, para seguir caminando sin temor").
