Victoria Herrero
Sociedad
Y si mi mascota fallece, ¿qué trámites burocráticos debo seguir?
Debes darle de baja en el registro de animales de tu localidad y decidir entre entierro o cremación
Es inevitable. Llegará un día en que nuestro amigo del alma se vaya. Es un momento duro y para algunas personas un duelo como el de perder a un ser querido. Y es que son muchas las personas que tienen la misma sensación que al conocer la muerte de una persona cercana; pese a que este tipo de tristeza no esté socialmente muy aceptada por tratarse de un animal.
Qué hacer cuando muere tu mascota
Debemos estar preparados para, lamentablemente, seguir una serie de pasos burocráticos cuando nuestra mascota fallece:
- Notificar su fallecimiento. Puede que el ayuntamiento de la localidad donde vivas tenga un censo local de las mascotas del municipio. En ese caso debes notificar su muerte.
- Dar de baja el microchip.
- Decidir si quieres que tu perro sea enterrado o incinerado.
En este último punto debes saber que está prohibido incinerar o enterrar a tu mascota por tu cuenta o hacerlo en el jardín de tu casa por muy sentimental que te parezca la idea. Y es que, por motivos de salud, esta acción puede acarrear intoxicaciones para otros animales o incluso personas.
Consulta con tu veterinario o ayuntamiento los lugares habilitados para hacer la cremación de tu animal de compañía o las fosas donde se pueden enterrar, ya sea de forma individual o colectiva. Incluso hay empresas especializadas que realizan, si lo deseas, una pequeña ceremonia en recuerdo de tu animal.
Una vez tengas esas cenizas o bien las puedes guardar en un recipiente en tu propia casa, depositarlas en un terreno de la familia para mantener ese recuerdo o incluso hacerte un colgante con ellas. Sí, una joya. La última moda en Estados Unidos.
¿Cómo superar su pérdida?
Está claro que no es perder a un hijo. Pero para muchas personas, cuando su animal de compañía, con el que ha vivido tantos años, fallece, queda un vacío y una tristeza que en ocasiones necesita de ayuda profesional para poder sobrellevarlo.
Hay personas que, en este tipo de situaciones, encuentran útil expresar lo que sienten para poder dar rienda suelta a su pena. Para aquellos que no lo superen, el tiempo es el mejor compañero para calmar las cosas y aprender a vivir sin ese perro que nos hacía tan feliz.
Cuando el ánimo esté mejor, incluso se puede adoptar un nuevo animal para que nos haga compañía. Pero en este caso debemos ser sinceros con nosotros mismos. Ese nuevo perro o gato no será nuestra antigua mascota así que no debemos compararla, ni ponerle el mismo nombre ya que al final puede que acabemos decepcionados.