Patricia y Leslie McWaters pasaron 47 años juntos, criando a sus hijos, luego a sus nietos y más tarde a sus bisnietos. La semana pasada, el coronavirus acabó con las vidas de este matrimonio de Michigan (Estados Unidos) y el destino quiso que fuera el mismo día y a la misma hora. "Hicieron todo juntos y aunque estamos impactados, también pensamos que no es tan sorprendente que se hayan ido a la vez", explica a la CNN una de sus dos hijas, Joanna Sisk.
A primera impresión, los dos eran bastante diferentes: ella era una enfermera jubilada y sensata; él, un antiguo camionero amante de la diversión. Ella era la jefa y él el rey de las bromas. Además del amor que sentían el uno por el otro, el denominador común entre ambos era su amabilidad y atención a los demás, destaca su hija.
Patricia fue al hospital con sospechas de poder estar sufriendo coronavirus. Le dijeron que se fuera a casa y se aislara. Después de 35 años trabajando en la medicina, no cuestionó a los médicos, aunque se encontraba muy mal. A la semana siguiente, la pareja fue nuevamente al hospital, esta vez en ambulancia. Estuvieron ingresados una semana.
El 24 de noviembre, Sisk estaba despidiéndose de su madre después de que le dijeran que le quedaban minutos de vida. Fue en ese momento, cuando un sanitario le advirtió de que a su padre, que estaba en otra habitación, también le quedaba muy poco tiempo. Ambos murieron a las 16.23 horas, según el registro de los médicos. Una casualidad (o no) que hace que a esta pareja le haya unido hasta la muerte.
