"La edad es solo un número", estamos hartos de escucharlo por todas partes pero, lo cierto es que sigue siendo un impedimento para muchas personas a la hora de comenzar algo nuevo. El "ya estoy mayor para eso" y pensar que no puedes lograr una meta por 'haber pasado la barrera de los X años', son obstáculos que pone la sociedad y que tiene internalizados la propia persona. Sin ir más lejos, al buscar en internet "mayores exitosos" nos encontramos con personas que, a los 39, cumplieron sus objetivos o comenzaron su carrera profesional, ¿a los 39 años ya eres mayor? A continuación, mostramos ejemplos de adultos mayores que, por diferentes circunstancias, tuvieron que retrasar sus planes de futuro y dar un vuelco a su vida pasados los 60 y los 70. Sin embargo, la edad no fue un problema para que alcanzaran el éxito a una supuesta edad tardía, ya que los cuatro son considerados, a día de hoy, célebres escritores, pintores, deportistas y emprendedores.
Penelope Fitzgerald
Considerada una de las escritoras más brillantes de su generación, Penelope Fitzgerald fue una autora tardía que publicó su primera obra a los 58 años. Pero el éxito no se reduciría a un único libro, ya que la británica continuó escribiendo hasta los 79 años. Durante esas dos décadas, recibió el Premio Booker y varias de sus obras obtuvieron un gran reconocimiento, algunas calificadas por la prensa británica como “el mejor libro del año”.
La vida de Fitzgerald está repleta de acontecimientos interesantes que la condujeron a la fama y prestigio que tiene a día de hoy. Perteneciente a una familia de escritores e intelectuales, la pequeña Penelope apuntaba maneras para dedicarse al mundo de las letras. Pero la vida tenía preparados otros planes para ella. Nació en 1916 en el palacio episcopal de Lincoln, miembro por parte de padre de una larga estirpe de escritores, entre los que podemos subrayar a su tío Ronald Knox, teólogo y literario de novelas policíacas. Por parte de madre, su abuelo era un obispo anglicano. Por lo que las comodidades no le faltaron a Fitzgerald desde la cuna. Estudió en colegios caros de Oxford y, durante años, colaboró con su padre, Edmund Knox, en la famosa revista satírica Punch.
Durante su época de estudiante en la Universidad de Oxford, Fitzgerald destacó con varios textos literarios y conoció al que sería su futuro marido y padre de sus tres hijos, el abogado Desmond Fitzgerald. Pero la vida de la joven británica no fue un camino de rosas.
La Segunda Guerra Mundial afectó como un dardo a la familia de Fitzgerald. Se casó en 1942 y, poco después, su marido tuvo que marchar al frente africano como oficial de la Guardia irlandesa. Tras su regreso, ya no volvería a ser el mismo: cayó en el alcoholismo y cometió delitos económicos que llevaron a la familia a la ruina. Ella trabajó para la BBC durante la guerra y, más tarde, comenzó a llevar la revista World Review junto a su esposo, pero fracasaron en el intento. 'A la deriva' (1979), el libro con el que conseguiría el Premio Booker, está basado en esta etapa de la vida de la autora. A principios de los 60, los Fitzgerald vivían en el 'Grace', un barco destartalado atracado en el Támesis que acabaría hundiéndose hasta en dos ocasiones, ingresaron en centros de acogida para los sin techo y se alojaron en viviendas de protección oficial durante una década. Pero Fitzgerald, que nunca esperaría tener que vivir tantas penurias, consiguió salir de ese pozo sin fondo con un trabajo como profesora en una escuela de arte dramático. También logró un empleo en una librería que, posteriormente, inspiraría una de sus exitosas novelas.
Cuando Desmond Fitzgerald estaba muy enfermo de cáncer, la autora comenzó a escribir su primera novela, ‘The Golden Child’, para mantenerle distraído. Durante esos años, publicó una biografía de un pintor prerrafaelita, Edward Burne-Jones, a la edad de 59 años, pero fue después de la muerte de su marido cuando se lanzó de lleno a la escritura. En 1977 publicó la empezada hace años ‘The Golden Child’ y ‘The Knox Brothers’, biografía de sus padres y tíos. Los siguientes cinco años, comenzó a escribir obras autobiográficas, reflejo de sus experiencias personales en una vida llena de altibajos y con las que se se consagraría como una de las escritoras británicas más importantes: ‘La librería’ (1978) –adaptada al cine por Isabel Coixet en 2017– narra los años en los que trabajó como librera. Con este libro llegó a ser finalista del premio Booker, trofeo que conseguiría un año después con la obra mencionada anteriormente, ‘A la deriva’ (1979). Le siguieron ‘Human Voices’ (1980) basada en la época que estuvo en la BBC durante la guerra y 'At Freddie’s’ (1982) que hace referencia a sus años como profesora.
Más tarde, dejaría la autobiografía para escribir novelas históricas: ‘Inocencia’ (1986), ‘El inicio de la primavera’ (1988) y The Gate of Angels (1990). El fin de su carrera como escritora llegaría con su última novela, ‘La flor azul’ (1995), a la edad de 79 años. Este libro fue valorado como una obra maestra y ganó el ‘National Book Critics Circle Award’ en 1997. La prensa británica lo consideró el mejor libro del año.
Finalmente, en el 2000, Penelope Fitzgerald murió en su casa de Londres a los 84 años.
Abuela Moses
Anna Mary Robertson Moses, conocida como ‘Abuela Moses’, fue una célebre pintora estadounidense que comenzó su carrera a los 76 años. Nacida en 1860, su vida quedaría marcada por la Guerra de Secesión y las dos guerras mundiales. A los 12 años comenzó a trabajar en una granja. A los 20, se casó con Tomás Salmón Moses con quien tendría 10 hijos, 5 de ellos murieron cuando eran bebés.
La abuela Moses tuvo que abandonar a los 70 años su profesión a la que se dedicaba a causa de la artritis: el bordado. Pero ahí no acabó su vida profesional. Moses comenzó a pintar escenas familiares, rurales y costumbristas de su país, la gran mayoría representaban la vida rural americana. En 1938, el coleccionista Louis J. Caldor, descubrió su pintura en un supermercado de Nueva York y, en 1939, sus obras se exhibieron en la Galerie Saint-Etienne en Nueva York, momento que lanzó su carrera artística a lo más alto. Su trabajo se expuso por toda Europa y Japón y sus pinturas tuvieron un gran reconocimiento, algunas cubrieron las tarjetas Hallmark y fueron imagen de campañas publicitarias. El presidente Harry S. Truman le otorgó el trofeo ‘Women’s National Press Club’ en 1949 y en 1952 publicó su libro autobiográfico ‘My Life’s History’. Cuando cumplió los 100 años, el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, proclamó el día ‘Grandma Moses Day’ en su honor. Siguió pintando hasta el último año de su vida. Murió en 1961 a los 101 años.
El coronel Sanders
El fundador e imagen de una de las franquicias de comida rápida más grandes del mundo, Kentucky Fried Chicken (KFC), comenzó a ser el ‘rey del pollo frito’ a los 62 años. Harland Sanders, conocido como Coronel Sanders, nació en 1890 en el seno de una familia humilde de ascendencia irlandesa en Indiana (EEUU). A consecuencia de la muerte temprana de su padre, tuvo que aprender desde muy pequeño a trabajar y hacer las tareas del hogar. A los 12 trabajó en la granja familiar que se vio obligado a abandonar por sufrir malos tratos por parte de su padrastro. Se mudó con sus tíos y, a partir de los 15 años, su vida estaría llena de cambios. Se alistó en el ejército y completó el servicio militar en Cuba, contrajo matrimonio en Alabama y tuvo tres hijos, lugar donde tuvo todo tipo de empleos: bombero en ferrocarriles, vendedor de seguros, marino mercante, vendedor de llantas, granjero, etc.
Más tarde, estuvo varios años como empleado en gasolineras hasta que abrió su propia estación de servicio en Corbin (Kentucky). En ella, Sanders habilitó un pequeño restaurante donde cocinaba su receta de pollo crujiente a la que llamó 'Receta Original'. El plato ganó tanta popularidad que tuvo que ampliar mesas en el restaurante. La falta de turismo a causa de la Segunda Guerra Mundial le obligó a cerrar su local. Pero, eso no detuvo al Coronel Sanders y en 1952 abrió la primera franquicia de KFC en Utah. Controló la compañía hasta 1964, año en el fue vendida a un grupo de inversores. Murió en 1980 por una leucemia, sin embargo, el rostro del fundador permanece hasta nuestros días siendo la imagen corporativa de una de las cadena de restaurantes más famosas en todo el mundo.
Diana Nyad
Nadadora de larga distancia, escritora y periodista. Diana Nyad no comenzó a dedicarse a la natación en edad tardía, pero sí logró cumplir una meta que llevaba intentando desde que era joven. En 2013, a la edad de 64 años, nadó de Cuba a Florida sin traje de neopreno, ni aletas y, sobre todo, sin protección contra los peligrosos tiburones. Tras cinco intentos, logró batir el récord de ser la primera persona en atravesar los 166 kilómetros del estrecho de Florida, sueño que llevaba tratando de alcanzar desde hacía 35 años.
Al conseguirlo, la nadadora dijo lo siguiente: “Me gustaría decir tres cosas: la primera, que siempre hay que perseguir los sueños; la segunda, que nunca eres demasiado mayor para alcanzarlos y; la tercera, que este deporte parece solitario, pero es necesario tener un buen equipo detrás para conseguir lo que hemos conseguido hoy”. Nyad tardó un poco más de 52 horas en atravesar el estrecho de Florida. Llevaba a un grupo de 35 personas con ella, algunos de los miembros eran buzos para vigilar los tiburones.
Su primer intento fue en 1978, con 29 años. Quién le iba a decir que, 35 años después, conseguiría lo que esa joven deportista no logró en su día.