Las imágenes de la “cuidadora” de la residencia Los Nogales restregando una toalla por su cara y despojándola bruscamente de su ropa han traído a la actualidad un tema que se soslaya con demasiada frecuencia: el maltrato a los mayores. Sin embargo, es un asunto que preocupa seriamente a los médicos de familia.
Se puede detectar
Entre un 10 y un 20% de los casos de maltrato son detectados por los profesionales sanitarios en las visitas a domicilio.
Alrededor de un 5% de los ancianos españoles sufre algún tipo de maltrato que en la mayoría de los casos no se denuncia por depender emocional o económicamente del agresor. Y lo que es mas grave: se teme que este maltrato vaya en aumento por el progresivo envejecimiento de la población que llevará a más patología, a más dependencia, a más necesidad de cuidados... Y como dicen los propios médicos, hay que tener presente esa posibilidad para poder detectarlo.
Maltrato por negligencia
El maltrato puede ser de muchas maneras y llegar a casos extremos, porque según los datos, se calcula que uno de cada cinco homicidios de ancianos en España se produce en el seno de la familia.
El concepto de maltrato incluye el abuso físico, psíquico, sexual y económico... El más frecuente es el maltrato por negligencia que ocurre aproximadamente en la mitad de los casos. Es el maltrato provocado por fallos o por omisión de cuidados.
Y como sostiene el Dr. José Manuel Espinosa, que elaboró un documento para un congreso sobre el tema, este maltrato no tiene ninguna relación con el llamado “de género”. Es un maltrato leve, una desatención. “Mire, cuando como médicos asistimos a un enfermo, nos damos cuenta perfectamente de cómo esta cambiando la situación si se produce ese maltrato. Se ve cómo cambia el aseo, la higiene, cómo está de arreglado. Muchas veces basta una mirada cómplice del médico para saber que algo esta ocurriendo.”
También hay signos indirectos de ese maltrato o de esa desatención. Por ejemplo, se puede saber si la medicación no se le administra o se lo hace de manera incorrecta al ver que un proceso dura mucho mas de lo previsto.
El perfil
Lo mas frecuente es que se trate de una señora mayor. No por el hecho de que sea del sexo femenino, sino por pura razón demográfica. Hay mas ancianas que ancianos. Y se puede unir a eso también el maltrato de género. Pero la estadística informa que se trata de una mujer, que suele presentar varias patologías a la vez, que tiene por tanto una gran dependencia o un deterioro cognitivo. Normalmente, además esta ligada por una relación familiar al cuidador principal.
¿Y cómo es el maltratador? Persona en íntima relación con el maltratado. Son gente que lleva mucho tiempo haciéndose cargo de la persona mayor y que en un momento determinado puede claudicar. Suelen tener además alta dependencia económica de la persona que cuida. Y si lleva mucho tiempo en esa situación suele ser victima de alguna adicción: alcohol, drogas, ansiolíticos... informa el Dr. Espinosa
El cambio social que se ha experimentado en los últimos años puede dar la clave del por qué. Cada vez hay más ancianos y de más edad, que necesitan mas cuidados. Y eso no se ha resuelto. Esa responsabilidad se descarga sobre la familia en unas circunstancias que no son las mas adecuadas. Tenemos casas mas pequeñas, no hay sitio, quien cuida tiene que acabar prescindiendo de todo, de su vida laboral, de su vida familiar, de todo su entorno para dedicarse única y exclusivamente a cuidar. Y así, cuando a uno le toca esa responsabilidad se puede llegar a la negligencia; es decir, a dejar de atender, a no ser escrupuloso en el aseo, en la alimentación, en los cambios de postura para que no se produzcan llagas...
Un 50% de maltratos es por negligencia debida a la sobrecarga de los cuidadores. Por eso decimos que en un altísimo porcentaje de casos, este maltrato es previsible, prevenible y tratable.
Cuidar al cuidador
Para el Dr. Espinosa si se tiene en cuenta que el mayor problema es la negligencia por sobrecarga, no hay mas solución que plantear un abordaje sociosanitario correcto. No es válido descargar toda la responsabilidad sobre el cuidador. Hay que ayudarle, que pueda compartir esa carga para que el pueda mantener una vida mas o menos normal. Porque si no, llega el agotamiento y el cansancio. Porque no se dice lo suficiente, pero simplemente porque es hija o porque es soltera, o porque vive cerca, sobre esa cuidadora cae toda la responsabilidad. Se desprende de “su” mundo para dedicarse al cuidado de otra persona.
Y una persona que no es un bebé, como muchas veces se dice. Un bebé cada vez necesita menos cuidados y además responde de una manera gratificante. En el anciano es distinto. Cada vez necesita mas cuidados y no proporciona al cuidador normalmente la satisfacción debida. De ahí se derivan muchos de los síntomas del “síndrome de la cuidadora”: dolor de espalda, dolor de cabeza, insomnio, agotamiento... Es el momento en el que puede empezar la negligencia.
Factores de riesgo
Las posibilidades de sufrir malos tratos aumentan a medida que empeora su estado físico y psíquico. El deterioro progresivo aumenta la negligencia. También hay que contar con los posibles antecedentes familiares. Es más frecuente el abuso en aquellas personas que han sido anteriormente padres o madres maltratadores. Y otro factor de riesgo importante es el aislamiento social; es decir, aquella persona anciana que se relaciona sola y exclusivamente con el cuidador, tiene mas riesgo de sufrir maltrato.
Desde el punto de vista psicológico se podrían definir, comenta el Dr. Espinosa, tres tipos de maltratadores:
- Los hostiles, porque han sido maltratados previamente por el anciano que ahora cuidan.
- Los autoritarios, que son intransigentes con las incapacidades de la persona mayor.
- Los que dependen económicamente del anciano.
Signos de alerta
¿Y cómo se puede saber si un anciano esta siendo maltratado? En primer lugar teniendo presente que el maltrato puede darse y que es frecuente. En los casos de negligencia, como decíamos antes, el signo mas frecuente es el descuido, la falta de aseo, sobre todo en contraste con el cuidador y su entorno. También desnutrición y ropa inadecuada. Si pensamos en el maltrato físico, se debe sospechar si hay contusiones en las muñecas y hombros, si hay hematomas alrededor del abdomen, si hay quemaduras o caídas de repetición.
Cuando el abuso es de tipo psicológico los mayores manifiestan sus miedos y temores con confusión, con un llanto injustificado o en forma de depresiones que no lo son realmente. Mire hay algo elocuente: a veces acudimos a un domicilio y observamos una vigilancia y un cuidado extremo por parte del cuidador, demasiado pendiente de todo y vemos que no encaja con el entorno. Y en ocasiones se ve en la mirada del anciano una petición de ayuda.
La realidad es esta. El abuso al mayor lo realiza casi siempre una mujer y sucede fundamentalmente por el agotamiento. Por eso, cuantas más ayudas reciba el cuidador, menos posibilidades hay de que se produzca el maltrato.