La adicción de muchos jóvenes al móvil y, en concreto, a las redes sociales, está a la orden del día. Aunque estas plataformas tienen múltiples ventajas como hacer nuevos amigos y son un lugar perfecto para el entretenimiento y el aprendizaje, lo cierto es que varios estudios defienden el auge preocupante tras el estallido de la pandemia. Con respecto a este aumento, dos investigaciones recientes elaboradas por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universidad La Sapienza de Roma y la Universidad LUMSA (Roma, Italia); han analizado la percepción que tienen los jóvenes frente a los mayores y viceversa a la hora de comunicarse en las redes sociales.
Para extraer las conclusiones de estos estudios, publicados en las revistas Ageing & Society (Cambridge University Press) y News Media & Society (SAGE Journals), los investigadores organizaron ocho grupos de discusión: cuatro formados por adolescentes de 16 a 19 años y otros cuatro de entre 65 a 85 años. Los resultados reflejan que existe una descalificación por edad en ambos sentidos, es decir, de los jóvenes hacia los mayores y al revés. Además, los participantes consideran que su manera de utilizar las nuevas tecnologías es la más adecuada.
A los adultos y personas mayores les molesta que los jóvenes usen excesivamente el móvil en lugares públicos, como en los bares o el transporte público, y privados. Además, creen que debido a las redes sociales no están desarrollando habilidades para socializar. Andrea Rosales, una de las autoras del estudio, señala que "los abuelos suelen verlos solo en casa, pero sí tienen [los jóvenes] oportunidades para socializar todos los días en la escuela, con la familia y en posibles actividades personales y extraescolares. Cuando están conectados con el móvil, sigue la socialización con estos colectivos, pero en un entorno virtual".
En cuanto a la impresión que tienen los jóvenes, los adolescentes protestan porque padres están, según ellos, obsesionados por hacerles fotos y compartirlas en las redes sociales. "No se quejan solo de que ellos no tengan derecho a hacerles fotos, sino de perderse un momento que están viviendo juntos", indica Rosales.
Por otro lado, los estudios destacan que Whatsapp es la plataforma donde se dan más contactos generacionales y, por tanto, la que más tensiones provoca entre ambos colectivos. Los participantes más jóvenes sostienen que sus padres utilizan demasiados emojis para comunicarse, mientras ellos emplean muy pocos o ninguno. Asimismo, para ellos, los mensajes en cadena, los vídeos, felicitaciones de Navidad y mensajes de buenos días o buenas noches que difunden los mayores, son totalmente innecesarios; en cambio, los de más edad no están de acuerdo con que los adolescentes aporten tanta información sobre su vida en redes sociales, compartiendo fotos y experiencias personales.
Durante la realización del estudio, los jóvenes aseguraron que han abandonado Facebook, que usan con regularidad Instagram y apenas mencionaron Twitter. Los más mayores afirmaron justo lo contrario: disfrutan de Facebook con frecuencia, tienen en cuenta Twitter porque les interesa el intercambio de noticias que circula por esta plataforma y, finalmente, no suelen consumir Instagram.
