'Me gusta todo de ti': solidaridad intergeneracional para aprender a vivir tras la pandemia

La Fundación Grandes Amigos, en colaboración con CaixaBank y Fundación Montemadrid, ha lanzado la iniciativa Me gusta todo de ti, con motivo del Día de la Solidaridad Intergeneracional, que se celebra este 29 de abril. El objetivo es acercar a personas jóvenes y mayores a través del voluntariado para intercambiar experiencias que beneficien a ambos grupos. Y se hará compartiendo habilidades personales que servirán para aprender a vivir tras la pandemia y tratar una serie de problemas que se han agravado con esta crisis, como es la desconexión social entre generaciones, el aislamiento, la soledad o problemas de salud mental que han aflorado, como la ansiedad o la depresión.

En un mundo cada vez más solitario y envejecido, la campaña #MeGustaTodoDeTi aportará claves y recomendaciones saludables para todas las edades a través de la web voluntariadoconpersonasmayores.org, en redes sociales y en cartelería que podrá verse en Metro de Madrid desde el 26 de abril. 

Los más afectados por la pandemia

Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), los grupos de edad más afectados por la pandemia son los jóvenes de entre 18 y 24 años: presentan más síntomas relacionados con ansiedad (34.6%) y depresión (42.9%) durante el confinamiento del COVID-19. Igualmente, un estudio del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” revelaba el aumento de la soledad no deseada, especialmente entre jóvenes y mayores. En concreto, más de la mitad de la población mayor de 55 años (56%) experimentó sentimientos de soledad en la pandemia, un problema que fue más palpable entre los 65 y 79 años y entre quienes no se sentían solos antes de la actual crisis sanitaria.

"En los dos años que dura ya la pandemia, en Grandes Amigos ha aumentado en un 64% el número de personas mayores que atendemos, acompañando ya a 1566 mayores de toda España a finales de 2021", indican a su vez. “El perfil predominante sigue siendo el de una mujer mayor de 84 años, que vive sola, con problemas de salud y escasa movilidad y sin red de apoyo familiar ni vecinal. Pero ha sido significativo el crecimiento de personas atendidas por Grandes Amigos que no son tan mayores (de 65 a 80 años) y que antes del covid no sabían lo que era la soledad”, explica Mercedes Villegas, directora de la ONG (@grandes_amigos).

“Como sociedad también hemos cambiado la forma de relacionarnos y de apoyarnos: las restricciones a la socialización nos hacen encerrarnos en uno mismo, y ahora cuesta volver la mirada en quien nos rodea, sobre todo la gente mayor”, añaden, y aunque el voluntariado se ha incrementado en un 30% (con 1828 personas voluntarias), "este retraimiento generalizado, sumado a la creciente demanda de personas mayores que necesitan acompañamiento o apoyo afectivo, hacen urgente la participación de nuevas personas voluntarias".

5 claves para aprender a vivir después de una pandemia

1. Resiliencia para relativizar: las personas mayores, a pesar de ser las principales víctimas de esta crisis sanitaria, han dado una lección de resiliencia, prudencia y sentido común; han superado guerras, posguerra, falta de libertades y derechos y diversas crisis económicas, y esto es algo de lo que los jóvenes pueden aprender, a relativizar los problemas y salir adelante de una situación como la que se encuentran, como son dos crisis mundiales que han frenado sus proyectos vitales. 
2. La vida es mucho más que "el aquí y ahora": nos encontramos en una sociedad que asocia el éxito a logros más efímeros y materiales, por lo que se vuelve imprescindible una visión de la vida más a largo plazo. En este sentido, los años dan una perspectiva y una profundidad que ayudan a valorar las cosas realmente importantes: no son el último modelo de móvil o el vídeo viral del momento; tiene más que ver con las cosas que dan sentido a tu vida, como sentirnos apoyados y escuchados cuando lo necesitamos o disfrutar de un buen rato con amigos. Esto nos ayudará a vivir con más intensidad cada momento.
3. Sí, serás mayor... y se puede ser feliz: el acelerado ritmo de vida que tenemos por lo general no nos permite darnos cuenta de que en un futuro todos seremos mayores, y aunque viviremos más años, los pasaremos más solos, según las proyecciones demográficas. Así, compartir tiempo con personas mayores es una manera de acercarnos a nuestro propio envejecimiento y ser conscientes de lo importante que es prevenir la soledad durante toda la vida.
4. Bienestar y salud mental sin prejuicios: durante la pandemia, los jóvenes han abierto la puerta a hablar sin prejuicios de ansiedad, depresión e incluso soledad, algo que resulta clave a la hora de abordar cuestiones tan básicas para la salud, cuando hoy son temas tabú para gran parte de la población e invisibilizados en la vejez.
5. Tu vecino mayor te sigue echando de menos: la solidaridad y el apoyo que surgió durante la pandemia fue remarcable, y ahí se incluye también el apoyo vecinal. Aunque de forma temporal, los portales se llenaron de carteles de gente que se ofrecía a ayudar a sus vecinos más mayores, para hacerles un recado o simplemente interesarse por su estado. Lamentablemente, aquella reacción espontánea se apagó a medida que se retomaron horarios laborales y rutinas, llevando de nuevo al olvido y a la soledad a muchas personas mayores. La solidaridad intergeneracional y la buena vecindad deberían estar integradas en nuestro día a día y no depender de emergencias.