Como para tantos otros mayores, ha sido un año muy duro para Evelyn Shaw, que no ha podido abrazar, ni siquiera ver, a sus familiares y seres queridos debido a la pandemia del coronavirus. Esta mujer, que vive en el Bronx de Nueva York (Estados Unidos), ha sido recientemente vacunada contra el Covid-19, pero, aún así, tenía dudas de si podría reencontrarse con sus nietos.
Su nieta mayor, Ataret Shaw, estaba preocupado por ella. "Fue muy difícil saber que estaba sola en su apartamento, día tras día, sin ver a nadie, sin abrazar a nadie, sin tocar a nadie", explica a Inside Edition. Una vez que su abuela, que tiene otros siete nietos, recibió las dos dosis de la vacuna, tenía claro que significaba que podía volver a verla. Pero Evelyn todavía desconfiaba del virus y se mostraba reticente hacia ese esperado reencuentro.
Entonces, la nieta fue al médico de su abuela y le dijo: "Ella nunca me va a abrazar. Tiene demasiado miedo". La facultativa, entonces, sacó una receta médica y escribió: "Estás autorizada para abrazar a tus nietos". La médico optó por esa solución sabiendo que un abrazo era la mejor medicina para Evelyn.
First hug she’s had in a year. Thank you to all the scientists and doctors who made this happen! pic.twitter.com/puvJlJpDoy
— Jessica Shaw (@JessicaShaw) March 9, 2021
Con esa prescripción médica en la mano, la nieta, acompañada por su madre, se dirigió a la casa de Evelyn en el Bronx. Ataret, que también está ya vacunada con las dos dosis, pudo entonces ya por fin, más de un año después, volver a abrazar a su abuela, a la que esa receta médica dio la seguridad que le faltaba.
El abrazo fue tremendamente emotivo y ambas no pudieron contener las lágrimas. "Con este permiso finalmente puedo abrazarlas sin miedo", dijo la anciana, todavía llorando. Ahora espera que el resto de sus nietos reciban la vacuna para también darles el deseado abrazo.
Cabe recordar que Estados Unidos anunciaba esta semana que las personas que se hayan vacunado pueden reunirse en interiores sin mascarilla con otras personas que también hayan completado la pauta de inmunización o sean de bajo riesgo, abriéndose así la puerta a que vuelvan los abrazos.
