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La potenciación de un modelo de cuidados de larga duración dinámico y progresivo con amplia base domiciliaria y comunitaria, con metodología de atención centrada en la persona, con integración de servicios sanitarios y sociales, y con apoyo a los casos complejos desde servicios de Geriatría hospitalarios o comunitarios, es el modelo de futuro en cuidados de larga duración según el Manifiesto hecho público por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).
Para hacerlo posible será necesario ir incrementando progresivamente el presupuesto dedicado a este grupo de población hasta alcanzar las cifras que manejan los países más desarrollados, según el Manifiesto que explica las bases del modelo propuesto.
Bases del modelo
Las bases de este nuevo modelo son las siguientes:
- La base de actuación de un modelo de cuidados de larga duración siempre debe ser el domicilio de la persona y la comunidad o barrio donde vive.
- El modelo de cuidados de larga duración debe ser progresivo y dinámico, empezando por la promoción de la autonomía y escalando progresivamente servicios de más intensidad que incluyan la detección del riesgo, los servicios domiciliarios, los centros de día y de noche, las viviendas con servicios de soporte y, por último y cuando no quede más remedio, las residencias de mayores.
- Es necesario retardar la aparición de dependencia, combatiendo sus factores de riesgo, e identificando a las personas más frágiles, física, económica y emocionalmente para dedicar a este colectivo una atención preferente e instaurando programas para combatirla.
- Se debe integrar la atención a las personas más complejas incluyendo tanto los servicios sanitarios como los servicios sociales. Para ello: Se deben potenciar de forma decidida los servicios de atención domiciliarios, reforzando, tanto los equipos sanitarios como los de atención a la dependencia y la atención sanitaria que se dispensa desde los equipos de atención primaria se debe reforzar para las personas más complejas facilitando la accesibilidad rápida a especialistas en geriatría tanto en régimen ambulatorio como si se necesita ingreso hospitalario.
Tanto la SEGG como la RANM consideran que es necesario introducir estímulos en el modelo para incorporar nuevas tecnologías que nos permitan la telemonitorización y la vigilancia de las personas más vulnerables. Y también un acceso rápido y seguro a los servicios sanitarios. Asimismo, que entre el domicilio y la residencia se debe establecer un amplio abanico de servicios para atender a formas de dependencia progresivas que incluyen los centros de día y de noche, viviendas protegidas con servicios y otras formas de viviendas adaptadas. Estos servicios se deben integrar en el urbanismo y las dinámicas de las ciudades y los barrios, con plena integración de las personas con dependencia en la comunidad.
Ambas instituciones consideran que las residencias de mayores deben ser el último eslabón de la cadena y sólo se debe recurrir a ellas en el caso de que no haya otras alternativas. Las residencias deben construirse siguiendo las normas Post-COVID19, en unidades de convivencia pequeñas y abiertas a la comunidad, para facilitar la implantación del modelo de cuidados centrado en la persona.
Una sociedad envejecida
Los cuidados de larga duración son el conjunto de servicios que se despliegan para atender a las personas con dependencia (ayuda a domicilio, centros de día, viviendas con servicios, residencias de mayores...).
La SEGG y la Real Academia Nacional de Medicina han decidido hacer público este Manifiesto porque consideran que la sociedad española es una de las más envejecidas del mundo y esto representa un elemento positivo, así como un éxito de nuestro sistema sanitario y de nuestra manera de vivir.
Porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala como principales impulsores de un envejecimiento saludable tres principios cada vez más presentes en nuestra sociedad: mantenernos activos físicamente, realizar una dieta adecuada y tener un alto grado de actividad mental y de relaciones sociales. También la OMS destaca, en los últimos años, dos grandes amenazas para la calidad de vida de las personas mayores: la soledad no deseada y la pobreza.