Victoria Herrero
Sociedad
La azarosa vida de la reina Victoria Eugenia, la desdichada
La bisabuela de Felipe VI tuvo una complicada vida con infidelidades, hijos enfermos y exilio
Una reina a la que no quisieron ni su marido ni su pueblo. No eran buenos presagios para una mujer, fallecida hace ahora medio siglo, que no era la elegida inicial para ser la esposa de Alfonso XIII. Aunque parece que su belleza le acabó de convencer.
Sin embargo, poco duró ese enamoramiento por parte del monarca ya que desde casi el comienzo del matrimonio se sucedieron las amantes por su alcoba, y algún que otro hijo ilegítimo nunca reconocido.
Precisamente fueron esas infidelidades, las enfermedades de sus hijos de los cuales dos murieron y las casi 4 décadas de exilio lo que hizo que la vida de esta reina fuera tan desdichada que le llevó a la depresión y a refugiarse en el alcohol. Y es que como cuentan los historiadores de la época, era un matrimonio entre dos personas que no tenían nada que ver.
Educación británica de la reina
Apenas rozaba la veintena cuando llegó a España procedente de Escocia donde había nacido como parte de la familia real británica. Sin embargo, su rama, la de los Battenberg, estaba muy alejada de poder aspirar al trono inglés, motivo por el que desde España la consideraban una pretendienta de menor rango. Eso y la posibilidad de transmitir hemofilia, defecto de coagulación en la sangre, a sus herederos tal y como sucedió. De hecho, dos de los seis hijos que tuvo el matrimonio murieron a consecuencia de esta patología.
Con esos precedentes y que nunca se acostumbró a las costumbres españolas, la reina Victoria Eugenia no era feliz. Sin embargo, encontró en el Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja, fundado por ella misma, una vía de escape a una vida marcada por los desplantes públicos y notorios de un marido del que, pese a ese desdén, seguía enamorada.
Los años en el exilio
Las elecciones de abril de 1931 supusieron un mazazo para una monarquía ya muy debilitada. Alfonso XIII abandonaba España y unas horas después lo hacía Victoria Eugenia. Aunque eligieron destinos distintos.
Mientras el rey se instalaba en París y luego Roma, donde murió en el año 1941, la reina regresó a Londres y, posteriormente, se trasladó a la localidad suiza de Lausana. Era una separación tanto geográfica como sentimental.
Casi 40 años en el exilio con la nostalgia de España siempre en la mente. No volvería hasta el 1968 para asistir al bautizo de uno de sus bisnietos, el actual monarca Felipe VI. Era su flamante madrina.