Sociedad

Las mejores frases del Papa Francisco sobre los mayores

Úrsula Segoviano

Lunes 21 de abril de 2025

8 minutos

Fueron muchas las referencias que hizo el pontífice al colectivo

Las mejores frases del Papa Francisco sobre los mayores
Úrsula Segoviano

Lunes 21 de abril de 2025

8 minutos

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El Papa Francisco se refirió en muchas ocasiones como Sumo Pontífice a los mayores, siempre, con palabras de admiración y cariño. Así, ha dejado multitud de mensajes en favor de este colectivo, que quedarán para la Historia.

Y es que Francisco fue muy combativo con la discriminación por edad y siempre pidió respeto para los mayores, poniendo en valor todo lo que aportan.

El valor de la vejez

Por ejemplo, en una entrevista con el presbítero argentino Guillermo Marcó, el pontífice criticó que se descarte a los mayores: "Esto hay que desterrarlo, porque los mayores son las raíces, la savia fresca. La vejez es algo lindo". 

"Están viviendo una estación, la vejez, que no es una enfermedad, sino un privilegio", comentó en otra ocasión en una carta a un grupo de sacerdotes mayores se había reunido en Caravaggio, con motivo del Día de la Fraternidad. 

Contra el abandono en residencias y las estafas

El Papa también tuvo palabras a lo largo de su vida para las personas que vivían en residencias y criticó el abandono que muchos sufrían. 

Además, fue muy beligerante con los abusos que se cometían contra el colectivo. 

"En esta cultura del descarte, los ancianos son apartados. De hecho, no faltan quienes se aprovechan de la edad, para engañarlos, para intimidarlos de mil maneras. A menudo leemos en los periódicos o escuchamos noticias de personas ancianas que son engañadas sin escrúpulos para apoderarse de sus ahorros; o que quedan desprotegidos y abandonados sin cuidados; u ofendidos por formas de desprecio e intimidados para que renuncien a sus derechos", comentó.

Y añadió: "Esto es grave, pero estas crueldades suceden también en las familias. Ancianos abandonados en residencias sin que los hijos vayan a verles o que vayan alguna vez al año. Se quedan fuera del ángulo de la existencia".

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Y no fue la única vez que el Sumo Pontífice se refirió a esta situación. En una Audiencia General, pidió a los fieles que se encontraban en la Plaza de San Pedro, no alejar a los mayores "y, si no hay otra posibilidad que enviarles a una residencia, por favor, id a verles y llevad a los niños". "Son el honor de nuestra civilización", resumió.

Es más, cabe recordar que el propio Papa fue sacerdote en una residencia de mayores de Buenos Aires y dejó la siguiente anécdota. 

“Recuerdo una vez que pregunté a una señora cuántos hijos tenía. Me dijo que tenía cuatro, todos casados con hijos, y comenzó a hablarme de su familia. Le pregunté si ellos venían y me dijo que sí, que iban siempre. Cuando salí de la habitación, la enfermera que había escuchado me dijo: ‘Padre, ha dicho una mentira para cubrir a sus hijos. Desde hace seis meses no viene nadie’. Esto es descartar a los mayores y pensar que son material de descarte. Por favor, es un pecado grave. Este mandamiento de honrar a los mayores nos da una bendición, que se expresa en este modo de tener una larga vida”, resumió y llamó a “cuidar a los mayores porque son la presencia de la historia”. “Gracias a ti, abuelo y abuela, yo estoy vivo. Por favor, no les dejéis solos”, comentó. 

Contra la "juventud eterna"

El Papa fue también muy combativo con la idea de "eterna juventud", que consideraba "delirante". En ese sentido, se refirió a la longevidad como "una promesa" y "el tiempo propicio" para dar testimonio de la espera "anhelante" ante el encuentro con Cristo.

Y habló de ese periodo como el momento en el que se vive "con más madurez" este proceso. "Nuestro lugar estable no está en la tierra, sino junto al Señor y en la vida somos aprendices. Detener el tiempo es imposible", señaló.

Alianza entre generaciones y talento sénior

Durante su papado, Francisco también habló de todo lo que el colectivo aporta a otras generaciones y sobre la importancia de crear vínculos entre personas de diferentes edades. 

La alianza de mayores con los más pequeños salvará a la familia humana", afirmó. "Es doloroso y perjudicial ver las edades de la vida concebidas como mundos separados, en competencia entre sí", apostilló. 

En otra ocasión, el pontífice aseguró que el colectivo "hace mucho bien a los jóvenes" y explicaba que "los salvan de la tentación de un conocimiento del mundo triste y sin sabiduría”.

"Creciendo en el diálogo con los mayores podemos formarnos una personalidad sólida para las luchas cotidianas y, además, ellos nos transmiten su fe y sus convicciones religiosas. Una de estas luchas es la de la paz”, comentó. 

Papa Francisco

Contra el edadismo sanitario

Cabe señalar que el Papa habló en muchas ocasiones frente al edadismo sanitario, sobre todo, en los momentos más duros de la pandemia.

En el contexto de la crisis generada por el coronavirus, comentó que fue "una tormenta inesperada y violenta, una dura prueba que ha golpeado la vida de todos, pero que a nosotros mayores nos ha reservado un trato especial, más duro. Muchos de nosotros se han enfermado y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo". 

Es más, durante los momentos más duros de la Covid-19, pidió rezar "por los ancianos que sufren este momento de manera especial, con una soledad interior muy grande y a veces con mucho miedo. Roguemos al Señor para que esté cerca de nuestros abuelos, de nuestras abuelas, de todos los ancianos y les dé fuerza. Ellos nos dieron la sabiduría, la vida, la historia". 

Ahora bien, el Papa no sólo criticó la situación de los mayores durante la Covid-19. También tuvo palabras contra la exclusión de los mayores en el sistema de salud, al criticar que muchos no reciben los medicamentos necesarios. "En algunos países, los ancianos tienen que tomar cuatro o cinco medicinas y sólo consiguen dos: esto es una eutanasia encubierta y progresiva, porque no se les da lo que pueden tomar para el tratamiento", denunciaba. En ese sentido, criticaba las "largas listas de espera" y la cultura del "descarte".

"Cuando no se sitúa a la persona enferma en el centro y no se considera en su dignidad, se generan actitudes que pueden llevar incluso a especular sobre las desgracias ajenas, lo que debe hacernos estar alerta", indició.

"Como Iglesia, estamos llamados a responder sobre todo a la demanda de salud de los más pobres, de los excluidos y de quienes, por razones económicas o culturales, ven ignoradas sus necesidades. Estos son los más importantes para nosotros, los primeros de la fila", concluyó.

Sobre el autor:

Úrsula Segoviano

Redactora especializada en temas de salud y dependencia. 

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