Pilar Abellán Martínez
Sociedad
Los memes pueden condicionar nuestras ideas políticas en periodos electorales
Pilar Abellán Martínez
Lunes 22 de julio de 2024
ACTUALIZADO : Miércoles 24 de julio de 2024 a las 8:23 H
14 minutos
En la comunidad digital, son mucho más que imágenes graciosas "anónimas y virales"
Ezequiel Soriano, estudiante del doctorado de Humanidades y Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha liderado una investigación que tras analizar los memes de contenido político, afirma que pueden servir a causas políticas concretas como parte de los procesos de comunicación.
Los memes se han convertido en parte fundamental de la comunicación digital. Estas imágenes son generalmente fotomontajes que tienen un escaso valor técnico y que casi siempre son recurrentes tanto en las formas como en la estructura. Circulan a gran velocidad por las redes sociales y aplicaciones de mensajería para llenar nuestro día a día con humor.
Soriano afirma que es "una forma de estar en Internet, una especie de cosmovisión carnavalesca digital que se burla de lo sincero, que trivializa lo serio, que rompe con lo estático y que añade capas de ironía a las interacciones en línea".
A pesar de que la mayoría son humorísticos, el estudio publicado por Soriano y el grupo de investigación de Estudios críticos en cultura, diseño y comunicación en red (Mediaccions), adscrito a los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación, ha analizado los memes como un potencial comunicativo en el contexto político, y su papel en la creación participativa.
Son, según detalla, "formas de comunión en línea" entre personas que pertenecen a círculos cerrados, como foros de discusión en línea, y que comparten "bromas, juegos y símbolos" propios que, en ocasiones, trascienden su entorno natural y se viralizan.
"Buscan el humor, pero también generan comunidades de gente afín, de frikis que comparten las mismas bromas absurdas, retorcidas o bizarras", relata Soriano, quien realiza su tesis doctoral bajo la dirección de la catedrática Elisenda Ardèvol, de los Estudios de Artes y Humanidades.
Campañas políticas a través del humor
Hay estudios que vinculan el humor con una mejora de las capacidades comunicativas y un mayor impacto de los mensajes.
Por eso, el estudio, Un Political Compass de los estudios sobre memes, publicado en Teknokultura. Revista de Cultura Digital y Movimientos Sociales, destaca que el uso de estas imágenes es la forma de humor por excelencia en el mundo digital.
"Personal de comunicación de estos partidos genera imágenes humorísticas que participan de las lógicas memeras para después difundirlas anónimamente en redes sociales", aclara el investigador.
Destaca que el anonimato es "clave para generar una comunicación que parezca popular, surgida de usuarios que no están directamente vinculados a un partido político". Conforman un importante vehículo comunicativo para los partidos políticos.
"Politigram": memes políticos de usuarios
La investigación de la UOC describe un fenómeno conocido como politigram, un ecosistema de humor político a base de memes que no parte de ningún partido político, sino de usuarios. Son probablemente adolescentes que participan directamente en la política institucional.
Constituyen una subcultura de "embaucadores y bromistas", que han encontrado un espacio virtual en el que pueden dar rienda suelta a una mezcla de arte extremo, shitposting (la publicación de contenidos irrelevantes con un enfoque agresivo y escasa calidad en términos lingüísticos y de diseño) y posicionamiento político extremista.
En ocasiones tienen tintes racistas y sexistas alineados con movimientos alt-right (de la derecha alternativa).
"Lejos de tratarse como bromas sin importancia, necesitamos entender el papel que juegan las dinámicas rápidas, orales y humorísticas de los memes", precisa el doctorando de la UOC.
"Entenderlos como tonterías sin importancia es parte de un prejuicio literario por el cual las cosas evanescentes y mutables se piensan como menos importantes que las cosas que permanecen, como los libros o las obras de arte", subraya.
En esta línea, el estudio utiliza el popular meme The Political Compass, que se entiende como un eje de coordenadas en el que se sitúan diferentes posicionamientos políticos con un toque de humor.
Este es el ejemplo de una "cultura meme" que trasciende el humor para convertirse en una forma de comunicación adaptable a cualquier circunstancia o temática, dado su poder comunicativo.
"Propongo valorar los memes de las maneras en las que se valoran en las comunidades en línea", puntualiza, en referencia a que se convierten en códigos que actúan, al mismo tiempo, como frontera para los no iniciados y como lenguaje propio de esas comunidades virtuales.
Los usan para "crear una suerte de espacio íntimo en el que no hay espectadores, sino que todos participan y son parte", destaca.
Mucho más que una imagen graciosa "anónima y viral"
En lo que ya podría definirse como cultura meme, las formas de comunicación no siempre están preestablecidas. "Las comunidades memeras son múltiples y efímeras", destaca Soriano.
Por eso, "no podemos entenderlos como algo único", señala, a pesar de que algunos famosos tengan ciertas "normas", generalmente estilísticas, que se repiten en cada nueva creación.
El investigador descarta que sea simplemente una imagen graciosa "anónima y viral", ya que ni siquiera la viralidad o el humor son requisitos para considerar un producto "memético" como tal.
"Creo que es más interesante pensar lo que nos proponen. La rapidez, oralidad y ambivalencia de los memes pueden ayudarnos a repensar nuestras formas de hacer arte, comunicación, literatura o política", concluye Soriano
Gracias al trabajo del investigador de la UOC se puede entender la figura del meme más allá del concepto de imagen humorística viral, evidenciando que se trata de un fenómeno más profundo que hunde sus raíces en la interactividad de Internet y en las nuevas formas de comunicación que trae consigo el mundo digital.
En un momento en el que las 'fake news' se han convertido en una herramienta de manipulación, especialmente en periodos electorales, la comprensión del meme como una "broma privada en comunidades de nicho o composición visual con autoría", más allá de fenómenos virales puntuales, permite traspasar la superficie y entender un trasfondo mucho más rico y cultural.
Con ello, podrán hallarse fórmulas para ofrecer a la ciudadanía herramientas que les permitan contextualizar los memes en el lugar que ocupan en la sociedad: un nuevo vehículo de comunicación transgresor y desinhibido al alcance de todos.