Cuando llega la menopausia: síntomas, tratamientos y claves para afrontarla

La menopausia es un periodo fisiológico en la vida de las mujeres condicionado por cambios hormonales. Esta etapa de la vida de la mujer requiere, frecuentemente, ciertos cambios en su estilo de vida, así como un abordaje particular desde el punto de vista ginecológico por sus consecuencias a corto y largo plazo.

La menopausia consiste en el cese permanente de la menstruación. Los síntomas pueden empezar varios años antes y algunos pueden durar meses o permanecer varios años después. La edad promedio a la que ocurre suele ser entre los 51 y 52 años.

La Dra. Carmen Pingarrón Santofimia, Jefa de Equipo de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud San José, explica cuáles son los principales síntomas de la menopausia y sus respectivos tratamientos.

Teniendo en cuenta que la esperanza de vida de la mujer española ronda aproximadamente los 87 años, realmente la mujer pasa más de un tercio de su vida en menopausia. Por lo tanto, según la Dra. Carmen Pingarrón, es muy importante que atendamos a todos los síntomas de las mujeres.

Aunque existen muchas opciones de tratamiento para los síntomas y patologías propias de la menopausia, son muy pocas las mujeres que consultan a su médico por este motivo.

En España hay alrededor de 4 millones de mujeres con menopausia, de las cuales realmente solo acuden a consulta unas 900.000 y, de estas, solo se están tratando a aproximadamente 180 o 200 mil mujeres. Es decir, de esas 4 millones, realmente se están recibiendo y tratando a muy pocas mujeres.

Principales síntomas

Los tres síntomas principales en la menopausia son:

- Los sofocos.

- La atrofia vaginal o síndrome genitourinario.

- Osteoporosis y sus derivados, cuyo resultado son las fracturas óseas. 

Los síntomas más característicos son la aparición de sofocos, referidos típicamente como una sensación de calor que surge en el pecho y se irradia hacia el cuello y cara y que pueden acompañarse de intensa sudoración. Normalmente vienen a durar unos minutos, aunque pueden ser más prolongados.

Otros síntomas que pueden asociarse a corto plazo son la sequedad vaginal, la quemazón en los genitales, la frecuencia y urgencia en la micción, y una mayor frecuencia de infecciones urinarias. También es característica la pérdida de la elasticidad de la piel y los cambios en la textura, el tamaño y la consistencia de las mamas. Muchas mujeres refieren episodios de ansiedad, depresión, irritabilidad, pérdida de memoria e insomnio.

También es característica una disminución en la libido, es decir, en el apetito sexual, que se puede ver agravado por las molestias producidas en la relación sexual, debido a la sequedad vaginal.

Tratamientos y recomendaciones

Afortunadamente, a día de hoy, existen soluciones para todos estos grupos de síntomas. Según la Dra. Carmen Pingarrón, para los sofocos, si son leves, hay soluciones naturales como derivados de soja, soflabonas, lúpulos... Si esos sofocos son más fuertes, se recurre a la terapia hormonal sustitutiva, el mejor tratamiento. Esta terapia ofrece un cuidado y protección para el hueso.

Si nos referimos al síndrome genioturinario también hay un gran abanico de tratamientos, tanto a nivel local u oral. Pueden ser hormonales o no hormonales. En este caso, si la mujer además tiene otra patología como la osteoporosis, entonces es mejor el tratamiento oral. En caso contrario, podemos optar  por vía local, si así lo consideramos. 

Para el tratamiento del hueso está muy bien definido en la especialidad cómo debería ser el tratamiento secuencial, empezar por la terapia hormonal y posteriormente, acudir a SERM, bifosfonatos u otros. En este sentido, dependiendo de a lo que nos estemos enfrentando, habrá que buscar las opciones terapéuticas más adecuadas en cada caso, adaptándonos a la situación y preferencias particulares de cada mujer.

Asimismo, la experta de Quirónsalud recomienda a las mujeres que mantengan una dieta equilibrada y nutritiva, con especial énfasis en la introducción de calcio y vitamina D. Además, es cierto que el aumento excesivo de peso puede ser preocupante, y traer problemas añadidos, como el sindrome metabólico, la hipertension arterial y la diabetes tipo II.

Por otro lado, la práctica regular de ejercicio (si es al aire libre para aprovechar las mejores horas de sol, mucho mejor) es algo que debe introducirse sin lugar a dudas. El sedentarismo es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Y no es nada recomendable durante la menopausia.

Del mismo modo, evitar posibles hábitos tóxicos como el alcohol y el tabaco es algo de vital importancia.

Desde el punto de vista psicológico y emocional, contar con apoyo terapéutico es muy importante para las mujeres en este momento tan determinante de su ciclo vital. Es importante no ignorar las alteraciones del ánimo y la tendencia al surgimiento de cuadros de ansiedad y/o depresivos.