65ymás
Las personas que padecen migrañas son menos propensas a desarrollar diabetes de tipo 2, mientras que algunas personas que desarrollan diabetes se vuelven menos propensas a las migrañas. Ahora, un estudio de la Universidad de Tennessee (Estados Unidos) ha evidenciado cómo los péptidos que causan el dolor de las migrañas pueden influir en la producción de insulina en ratones, posiblemente regulando la cantidad de insulina secretada o aumentando el número de células pancreáticas que la producen. Estos hallazgos podrían mejorar los métodos para prevenir o tratar la diabetes.
La relación entre ambas enfermedades no es obvia. "Las migrañas se producen en el cerebro, mientras que la diabetes está asociada al páncreas, y estos órganos están muy alejados el uno del otro", afirma el doctor Thanh Do, investigador principal del proyecto. Su grupo se interesó por el tema después de que varios artículos describieran una relación inversa entre ambas enfermedades.
Los investigadores ya sabían que dos péptidos del sistema nervioso –el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP) y el polipéptido activador de la adenilato ciclasa hipofisaria (PACAP)– desempeñan un papel importante en el dolor de las migrañas. Estos mismos péptidos, junto con el péptido relacionado amilina, también se encuentran en el páncreas. Allí, influyen en la liberación de insulina de las células beta.
La insulina regula los niveles de azúcar en sangre ayudando a otras células del organismo a absorber la glucosa y almacenarla o utilizarla como energía. En la diabetes de tipo 2, esas otras células se vuelven resistentes a la insulina y menos capaces de absorber la glucosa, lo que provoca niveles elevados de azúcar en sangre. Al principio, las células beta lo compensan aumentando la producción de insulina, pero con el tiempo se agotan y mueren, agravando el problema.
Debido a su papel en la migraña y la diabetes, el CGRP y el PACAP ofrecen objetivos para terapias que podrían tratar cualquiera de estas condiciones. Recientemente se han comercializado fármacos para la migraña que interfieren con el CGRP y sus receptores celulares, y se están estudiando otros tratamientos. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para aclarar los efectos de los péptidos. Do está tratando de aclarar los hallazgos contradictorios sobre su impacto en la insulina.
Para investigar la actividad de los péptidos en ratones, el grupo de Do de la Universidad de Tennessee ideó un método para obtener datos de sólo unos cientos de células beta. Recientemente informaron de que esta técnica demostró que el CGRP reducía los niveles de insulina 2 de los ratones, el análogo de la insulina humana.
Esto podría contrarrestar la resistencia a la insulina que se desarrolla en la diabetes de tipo 2, afirma Do. Pero el CGRP fue menos eficaz para regular la insulina 1 de los ratones, lo que concuerda con los primeros estudios que muestran que los ratones que sólo tienen insulina 1 son propensos a desarrollar diabetes.
La enfermedad también está asociada a la agregación de amilina. Estos agregados pueden contribuir al daño de las células beta que ayuda a causar la diabetes de tipo 2. Dado que las células beta segregan conjuntamente amilina e insulina, el uso del CGRP para limitar la producción de insulina podría limitar también la producción de amilina, afirma. Esto podría proteger las células y ayudar a normalizar su función.
También se cree que el PACAP desempeña un papel protector contra la diabetes de tipo 2. Esto es confuso, ya que se ha demostrado que el PACAP estimula la liberación de insulina, lo que conduce a la resistencia a la insulina, dice Do. Su equipo intenta ahora resolver este enigma. Los resultados iniciales del grupo muestran que las acciones del PACAP podrían depender de los niveles de glucosa. El equipo ha encontrado pruebas preliminares de que el PACAP regula la insulina de forma dependiente de la glucosa y fomenta la proliferación de las células beta, en lugar de estimular a las existentes para que trabajen más, evitando así el riesgo de desgaste de las mismas. Están desarrollando métodos analíticos para comprobarlo.
"A pesar de estos resultados positivos, no se puede inyectar CGRP y PACAP en el cuerpo como estrategias terapéuticas para la diabetes porque estos péptidos provocan dolor de migraña. Pero una vez que comprendamos cómo ejercen sus efectos sobre la secreción de insulina, podremos diseñar análogos del péptido que controlarían la insulina pero no se unirían al receptor del dolor", dice Do.
Dado que el CGRP y el PACAP pueden proteger aparentemente contra la diabetes, Do y otros temen que los tratamientos anti-CGRP y anti-PACAP que se están desarrollando o que ya se comercializan para la migraña puedan tener la consecuencia no deseada de aumentar el riesgo de diabetes. Además, estos péptidos intervienen en otras muchas funciones beneficiosas del organismo, como la dilatación de los vasos sanguíneos. Por ello, Do y otros científicos también están estudiando los posibles riesgos de alterar la actividad de los péptidos.