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Mister Chef es un curso de cocina dirigido a hombres jubilados que organiza el centro de mayores Ramón Rubial, en Fuenlabrada (Madid). El objetivo es que hombres mayores que nunca se han acercado a los fogones aprendan a cocinar para llevar una dieta saludable y variada.
Durante diez sesiones, un cocinero profesional ha impartido a los alumnos conocimientos para elaborar recetas sencillas. Estas lecciones les ayudan a ser autosuficientes y a llevar una vida más saludable. Según apunta la concejala de mayores de Fuenlabrada, Ana Pérez, con este taller se quiere atajar el problema que afecta a muchas personas, especialmente a hombres, que enviudan o viven solos y no saben cocinar, lo que "puede derivar en problemas de salud y dependencias". "Queremos trabajar valores que eviten el aislamiento, la depresión, o los posibles conflictos familiares", afirma.
Los participantes, ataviados con gorros de chef y delantales, se acercaran a las cocinas para divertirse aprendiendo a elaborar tortilla de patatas, pimientos rellenos de marisco, pastel de salmón, quiché lorriane, galletas con chocolate -eso sí con poco azúcar- y otras delicias para el paladar que les ayuda a confeccionar sus propios menús de forma rica y saludable. Todo lo que cocinan se lo reparten y se lo llevan a casa en sus propios táperes para la cena, no sin antes recoger y fregar los cacharros y platos usados.
Preocupado por su abuelo de 91 años, que vive solo a caballo entre Segovia y Fuenlabrada y no es capaz de cocinarse para sí mismo, el chef Jaime Gómez Gala propuso al Ayuntamiento de esta localidad madrileña un taller de cocina dirigido a hombres jubilados que están viudos o simplemente viven solos y no saben cocinar. "No sólo es un taller de cocina, aquí les enseñamos a que asuman la corresponsabilidad en el hogar y el cambio de roles. Son personas que han vivido acostumbradas a que otra persona, principalmente su mujer, se lo haga todo", explica a Efe este cocinero-profesor.
"A las ocho de la mañana ya me están llamando desde la puerta del supermercado, para que les recuerde los ingredientes de tal o cual receta", asegura el profesor, que también hace hincapié en que los platos que enseña son "saludables", sin mucha grasa y sal, ya que aquí "todos tienen sus achaques".
Emilio, de 72 años, enviudó hace tres y decidió apuntarse al taller de cocina para quitarle carga de trabajo a su hija, que algunos días le llevaba la comida, y "para no bajar tanto a la casa de comidas". "Ahora muchos días me cocino yo mismo. Se me dan bastante bien los postres", confiesa a Efe este alumno aventajado, que asegura que su familia está encantada y deseosa de que organice una fiesta y les demuestre sus nuevas dotes culinarias.
Los cursos están integrados por 15 alumnos, con edades comprendidas entre los 65 y los 75 años. Muchos viudos, otros con su mujer enferma, pero todos ellos con dos puntos en común: están jubilados y tienen una escasa o nula experiencia en la cocina. Tras asistir a las diez sesiones culinarias impartidas, que finalizaron la semana pasada, la mayoría de los aprendices de cocinero ya están preparados para, al menos, defenderse entre los fogones, teniendo así una menor dependencia de sus familiares. Dado el gran éxito del curso, ya hay una larga lista de espera para las próximas ediciones.