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Un estudio realizado por la Fundación MAPFRE y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) concluye que murieron un total de 119 españoles en su hogar a consecuencia del fuego en 2020. El estudio 'Víctimas de Incendios en España 2020' señala que los hogares españoles han sufrido durante el pasado 2020 una media diaria de 47 fuegos debido al mal uso de enchufes y regletas.
Además, el estudio dice que se produjeron un total de 119 fallecidos, en su mayoría fueron hombres (68 fallecidos) y mayores de 65 (58 fallecidos). Estos últimos representan el 49 por ciento. También afirma que la mayoría de víctimas (50 por ciento) se encontraban acompañadas. En comparación con 2019, se registraron 6 fallecidos menos, y los incendios se han visto reducidos en un 13 por ciento este 2020.
Pese a la "positiva evolución", no lo considera un "cambio de tendencia a la baja", por los "malos datos" de 2016, donde se registraron 175 víctimas, 2017 con 212 víctimas y el comienzo de 2021, donde se contabilizaron en los meses de enero y febrero 38 víctimas mortales en el hogar, un 27 por ciento más con respecto al mismo periodo que el año anterior.
En general, sostiene que este pasado 2020 se han producido 123.800 fuegos o explosiones (un 4 por ciento menos que 2019), de los cuales un 73 por ciento fueron de los hogares españoles e igualmente, como consecuencia de un fuego originado en el exterior. Los incendios han acabado en total con la vida de 164 personas (una víctima menos que en 2019).
En los meses de confinamiento entre marzo y abril, se registraron las cifras más bajas de fallecimientos por fuego en el hogar de los últimos años con 16 fallecidos en esos dos meses, respecto a los 37 de 2019, los 23 de 2018 y los 33 de 2017.
Dentro de todos los que hubo en 2020, apunta que el grupo de edad comprendido entre los 30 y los 64 años es el que más fallecidos tuvo el año pasado (47 por ciento), y especialmente la franja de edad entre los 50 y los 54 años, que "rompe la pauta histórica" y acumuló en 2020 unos 21 muertos.
Respecto al momento en el que más incendios se producen en el hogar, la fundación resalta el fin de semana donde los sábados, registraron 23 fallecidos que representa un 19 por ciento, más las víctimas del domingo con un 15 por ciento y las del viernes con 16,8 por ciento, suman un total de un 51,2 por ciento.
La franja horaria con más siniestros es entre las 4:00 y las 8:00 de la mañana, en la se contabilizan 28 víctimas. Por ello, MAPFRE destaca la importancia de instalar detectores de humos en las viviendas.
Igualmente, confirma que el salón es la dependencia de la vivienda en la que se producen más incendios con el 38 por ciento, seguido del dormitorio con el 17 por ciento y muy de cerca, la cocina con el 14 por ciento.
El peor índice de fallecidos en vivienda en 2020 se repite en los municipios "más pequeños", con menos de 1.000 habitantes, en los cuales la cifra se sitúa en 7,6 muertos por millón, frente a los 3 de las ciudades con más de 500.000 habitantes.
Causas de muerte
En cuanto a las causas de muerte por incendio en la vivienda, apunta la intoxicación, con 78 víctimas (un 66 por ciento), y las víctimas por quemaduras que representa el 24 por ciento.
Y entre el origen de los incendios afirma que mayormente se produjeron por motivos eléctricos (19 por ciento), que causaron 23 víctimas el en 2020, según el estudio, por el uso inadecuado de enchufes, regletas y baterías.
La segunda causa más frecuente de fuego en el hogar se produce por los aparatos productores de calor, como radiadores, estufas y braseros, que tuvieron como resultado 11 víctimas mortales; que junto con el fuego directo, que provocó 11 víctimas; el tabaco, como origen del fuego, y habitualmente, porque algunos fumadores se quedaron dormidos en el sofá del salón o en la cama (6 víctimas); y en quinto lugar, cocinar, que provocó 5 fallecimientos.
MAPFRE subraya que algunos de los datos más significativos están entre los meses de octubre a diciembre, en los que se mantuvo la pauta habitual de víctimas de incendio, con un noviembre "relativamente bajo" (11 fallecimientos frente a los 18 de 2019) y un diciembre "bastante alto" (30 frente a los 16 de 2019).
Asimismo, la fundación señala la relación entre la mortalidad y el uso de sistemas de calefacción por las bajas temperaturas ya que un total de 99 personas (el 60 por ciento de todos los fallecidos), fallecieron durante los meses de enero a marzo y de octubre a diciembre, que son los meses "más fríos".
Comunidades autónomas
La Fundación destaca que las comunidades autónomas que registraron más fallecidos debido a los incendios fueron Castilla La Mancha con un 6,85 y Extremadura con un 5,64 a las cuales le siguen: Castilla y León (4,59), Cantabria (3,43) y Comunidad Valenciana (2,97).
Sin embargo, las Comunidades Autónomas con menor tasa fueron: Asturias, La Rioja, Navarra (sin víctimas las tres), seguidas de Aragón (0,75) y Madrid (1,47).
MAPFRE afirma que la Comunidad Autónoma con mayor número de víctimas mortales por fuego en el hogar es Andalucía, con 22 muertos (4 menos que en 2019); y después Cataluña, con 18 víctimas (4 menos que en 2019); Comunidad Valenciana, con 15 víctimas (2 más que en 2019); Castilla La Mancha (14) y Castilla y León (11).
Recomendaciones
La Fundación y la APTB recomiendan no sobrecargar las instalaciones eléctricas, y concretamente los enchufes, no dejar desatendidas velas, sartenes o planchas; "nunca" dejar la chimenea encendida por la noche o sin ser apagada completamente, con las brasas incluidas; evitar el uso de braseros y aparatos similares que sean antiguos o que no estén homologados; y no tener combustibles o acelerantes para avivar el fuego.
Además, aconsejan tener precaución con el uso de aparatos eléctricos, como un radiador o un calefactor, que no deben cubrirse o acercarse a ropa o cortinas, y que un electricista autorizado revise que las instalaciones de electricidad no están obsoletas para la carga eléctrica que actualmente exigen ciertos electrodomésticos, como por ejemplo placas vitrocerámicas o de inducción, secadoras de ropa o sistemas de aire acondicionado.
Por último, sugieren que las instalaciones eléctricas cuenten con elementos que protejan a las personas (con un interruptor diferencial) también a los circuitos (pequeños interruptores automáticos), y "la necesaria toma de tierra".
La Fundación recalca la importancia de identificar fugas de gas internas que pueden causar una explosión. Si se produce se puede reconocer por su olor (similar a huevo podrido). Para esta situación advierte que no se debe tocar ningún interruptor para que no se genere una chispa e igualmente, es "muy importante" abrir la ventana para ventilar el espacio y avisar a los bomberos.
Por otro lado, pone en relieve la importancia de aprender a utilizar un extintor, instalar un detector de humos, que tiene un precio de 20 euros, enseñar a los niños dónde están las salidas de emergencia de su edificio y que no se tienen que esconder en un incendio.
En el caso de que no exista peligro, que el fuego puede apagarse, pero si no se puede, insiste que hay que alertar a los ocupantes de la vivienda para evacuar de forma "ágil y ordenada" y cerrar la puerta al fuego con la finalidad de que no se extienda. La evacuación se debe realizar "en el menor tiempo posible", sin que se recoja nada y sin usar el ascensor.
Para concluir, la fundación afirma que con fuego en la escalera hay que llamar al 112, cerrar todas las puertas, tapar con paños húmedos las rendijas, dejarse ver por la ventana y esperar a los bomberos.