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Una de cada dos personas que identifican síntomas psicológicos no toman medidas para resolverlos. Además, uno de cada cuatro presenta síntomas compatibles con un problema de ansiedad mientras que uno de cada cinco tiene síntomas compatibles con depresión. Estas son las conclusiones que se han revelado en la cuarta edición del Estudio de Salud y Estilo de Vida, realizado y presentado por Aegon, en colaboración con el Consejo General de la Psicología (COP).
El informe se ha centrado en el análisis del estado de salud, estilo de vida, hábitos y conductas relacionadas con la salud y el bienestar emocional de los españoles en el último año, así como, el impacto que ha tenido la COVID-19 en muchos de estos aspectos.
Así pues, el 54 por ciento de las personas que reconoce identificar síntomas psicológicos y no tomar medidas para resolverlos, justifican su decisión por la baja disponibilidad de recursos de este tipo.
De la misma manera, el estudio recoge otros aspectos relacionados con la salud, como los hábitos alimenticios, el estilo de vida de los españoles o el uso que se hace de las nuevas tecnologías en relación con el cuidado de la salud. Se analizan, también, los niveles percibidos de estrés en la población y la tendencia a la automedicación en España.
Por lo general, los españoles valoran su estado de salud de forma positiva. Más del 70 por ciento lo puntúa con siete o más, siendo el promedio 7,13. Por el contrario, las personas que valoran de manera negativa su salud, en este último año, mencionan como causas el estrés, la ansiedad y la tristeza.
En concreto, la cifra media desciende ligeramente con respecto a 2020, la valoración del estado de salud se ha mantenido por encima de 7 de valor promedio en los últimos 3 años. Por otra parte, aunque en la mayoría de casos no ha habido cambios tras la pandemia en el consumo de alcohol y tabaco, y en los hábitos de sueño y ejercicio, Aegon y la COP destacan tres datos: el 20 por ciento de los encuestados afirma consumir menos alcohol; el 33,6 por ciento señala cambios en sus hábitos de sueño y el 32 por ciento afirma hacer menos ejercicio.
En este sentido, los hombres y los más jóvenes son los que indican haber reducido, en mayor medida, el consumo de alcohol y tabaco. En el caso de las mujeres, los hábitos que más se han visto afectados son el sueño y el ejercicio físico.
Otro de los aspectos que incluye el informe es el aspecto físico y el autocuidado. La satisfacción es mayoritaria, puesto que el 191 por ciento se siente "muy satisfecho" y el 55 por ciento "algo satisfecho". Sin embargo, uno de cada encuestados (más del 60%), cree que su peso está por encima del ideal, a pesar de que el 42,3% tiene un peso normal y un 2,4% infrapeso. El perfil de estas personas revela que las mujeres y los hombres, de entre 26 y 55 años, se muestran más insatisfechos con su aspecto y con su peso.
La salud mental en profundidad
Las organizaciones encargadas del estudio señalan que la valoración media del estado de salud emocional en el último año es de 6,78 puntos, sobre una escala de uno a diez, lo que representa una puntuación media menor a la encontrada en la percepción de la salud física (7,13). Más de un 63 por ciento de los encuestados puntúa su bienestar psicológico igual o por encima del siete en una escala propia de cero a diez.
A su vez, el 36,6 por ciento de los encuestados, es decir, uno de cada tres, ha afirmado sentir un empeoramiento en su salud emocional en el último año y únicamente el 8,2 por ciento ha considerado haber experimentado una mejoría en su salud psicológica.
En la valoración media sobre la percepción de la salud emocional en el último año, las mujeres encuestadas valoraron peor que los hombres su bienestar psicológico (6,5 vs. 7,07, en una escala de elaboración propia). Asimismo, en relación con la edad, aquellas personas entre los 26 y los 40 años, seguidos de aquellos entre los 18 y 25, fueron los que refirieron una peor salud psicológica.
En relación a la situación laboral, las personas que habían perdido su trabajo o han estado en situación de ERTE valoraban su salud emocional con un 5,86 y las personas que no han tenido cambios laborales con un 6,92. En cuanto al plano económico cabe resaltar que una de cada dos personas (52,9%) que ha señalado un empeoramiento en su situación económica notifica, además, un empeoramiento de su salud
psicológica.
Estrés, el mayor impacto emocional de la Covid-19
En cuanto al estrés, siete de cada diez españoles lo han experimentado en alguna medida durante el último mes, siendo las dificultades laborales la principal causa señalada por los encuestados.
En la mayoría de los casos, no se han sentido amenazados en su integridad física por la COVID-19, sin embargo, sí existe un miedo mayoritario al contagio propio o de personas cercanas. El 22,4 por ciento de los encuestados declara haber experimentado una situación gravemente estresante o traumática en los últimos meses.
Concretamente, el 43 por ciento de los jóvenes de 18 a 25 años frente al 17 por ciento de aquellos encuestados entre los 55 y los 65 años. Además, el 39,7 por ciento de quienes han vivido este tipo de situaciones presenta, paralelamente, sintomatología propia de estrés postraumático. Sin embargo, tres de cada cuatro personas que presentan síntomas psicológicos de algún tipo sienten que ahora hay cosas en sus vidas que valoran más que antes.