El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que interfiere en la memoria, el pensamiento y el comportamiento de las personas que padecen este tipo de demencia. Normalmente, los síntomas aparecen y se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo hasta llegar a interferir con la vida y las tareas cotidianas de las personas.
Las pacientes con esta patología no solo se olvidan de hacer las tareas del día a día, como decíamos anteriormente, también pierden la capacidad de reconocer objetos y personas, y en los estados más avanzados pueden olvidarse de comer, masticar o incluso caminar.
En España, según la Sociedad Española de Neurología, unas 800.000 personas tiene alzhéimer, que es, además, el tipo de demencia más común.
Esta cifra, unida a la previsión de que los casos de demencia se tripliquen en 2050, hacen que la comunidad científica esté trabajando e investigando sin parar para encontrar la manera de prevenir esta enfermedad, y desarrollar nuevos tratamientos y medicamentos que ayuden a frenar su desarrollo.
El último descubrimiento en darse a conocer lo ha realizado en Suecia por un grupo de científicos de Lars Tjernberg en la División de Neurogeriatría del Instituto Karolinska, en colaboración con el Centro de Investigación sobre el Envejecimiento del Instituto Karolinska, el Centro de Investigación Gerontológica de Estocolmo y el Hospital Universitario Karolinska.
"Un obstáculo importante en el desarrollo de medicamentos para la enfermedad de Alzheimer (EA) es que el tratamiento debe iniciarse en una etapa temprana de la enfermedad antes de que se haya producido una neurodegeneración irreversible. Por lo tanto, los biomarcadores con un buen valor predictivo son importantes para seleccionar poblaciones relevantes para las intervenciones tempranas contra la EA", explican en el estudio que se ha publicado enAlzheimer's & Dementia.
Al parecer, el equipo ha averiguado que un tipo de molécula de azúcar en sangre, se relaciona con el nivel de tau (proteína clave en el desarrollo de la demencia severa), lo que podría abrir un nuevo camino para detectar esta patología con diez años de anticipación.
Uno de los autores del estudio, Robin Zhou, ha explicado que “el papel de los glicanos, estructuras formadas por moléculas de azúcar, es un campo relativamente inexplorado en la investigación de la demencia. Demostramos en nuestro estudio que los niveles sanguíneos de glicanos se alteran temprano durante el desarrollo de la enfermedad. Esto podría significar que podremos predecir el riesgo de su aparición con solo un análisis de sangre y una prueba de memoria”.
Este descubrimiento es bastante relevante porque, como ya se sabe, en el alzhéimer las neuronas del cerebro van muriendo, y se cree que esto se debe porque las proteínas amiloide y tau se acumulan de manera anormal. Detectar que esto está ocurriendo podría ser clave para revertir el proceso a tiempo.
Para llegar a estas conclusiones, los autores contaron con la ayuda de 233 participantes que no tenían demencia al comienzo de la investigación, y que fueron seleccionados al azar del Estudio Nacional Sueco sobre el Envejecimiento y el Cuidado en Kungsholmen (SNAC-K): "Las evaluaciones de referencia se llevaron a cabo entre marzo de 2001 y junio de 2004, y las evaluaciones de seguimiento se realizaron cada 6 años para los participantes de 60 a 77 años y cada 3 años para los participantes de 78 años o más. La cohorte fue seguida durante un máximo de 17 años. Todas las evaluaciones de seguimiento incluyeron un examen médico, una entrevista con una enfermera y pruebas neuropsicológicas. La EA se diagnosticó de acuerdo con los criterios del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Comunicativos y Accidentes Cerebrovasculares y la Asociación de Enfermedad de Alzheimer y Trastornos Relacionados (NINCDS-ADRDA). Se tomaron muestras de sangre sin ayunas para todos los participantes de SNAC-K en cada evaluación y se almacenaron a -80 °C", explica el estudio.
Los marcadores de sangre
Los marcadores de sangre son uno de los métodos de detención no invasivos para esta enfermedad, ya que conseguir muestras del líquido cefalorraquídeo u obtener imágenes del cerebro es más costoso y difícil.
De hecho, este mismo equipo ya había demostrado el vínculo existente entre la proteína tau y los niveles de glucano en estos pacientes, pero en esta nueva investigación, lo que han hecho es realizar los análisis en el líquido cefalorraquídeo.
"Se han observado aumentos de los niveles de N-glicanos que contienen N-acetilglucosamina en dos (GlcNAc) en el líquido cefalorraquídeo en una etapa temprana, y se ha encontrado que se correlacionan con tau. Ningún estudio publicado anteriormente ha documentado la relación entre la bisección de GlcNAc y la progresión a demencia o la correlación con tau en la sangre", asegura la investigación.
"Los niveles sanguíneos de bisección de GlcNAc y tau total estaban estrechamente relacionados y predijeron el futuro diagnóstico de EA. La proporción de tau a GlcNAc de bisectación puede ser útil para predecir la progresión a la EA entre individuos con discapacidad cognitiva", matizan.
Tras esta evidencia, el equipo se dio cuenta de que la probabilidad de tener demencia se duplica en personas que tenían niveles coincidentes de glicanos y tau.
Por último, confirmaron que a través de un modelo estadístico simple, que tiene en cuenta estos niveles y el gen de riesgo APOE4 y una prueba de memoria, podría utilizarse para predecir si la persona desarrollará esta enfermedad en un 80%, diez años antes de que aparezcan los síntomas que se comentaban al principio.
El siguiente paso para el equipo es realizar muestras de sangre de los participantes de otros estudios sobre el envejecimiento que se han realizado en Suecia, pero también de otros países. Además, el equipo está colaborando con los centros de Atención Primaria del país, para poder evaluar otros biomarcadores de demencia, y confirmar que su descubrimiento puede sumarse a los ya existentes, y detectar esta enfermedad antes de que sea demasiado tarde.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.