Es un truco desconocido por muchos, pero puede ahorrarnos más de un disgusto. Incorporar a nuestro día a día un gesto tan fácil como envolver las llaves de nuestro coche en papel de aluminio puede evitarnos papeleo, denuncias, tiempo y, sobre todo, dinero. Y es que así podremos evitar una duplicación de las mismas. Se trata de un sistema sencillo para limitar un grave problema de seguridad.
Esto se debe a que las llaves con mecanismo inalámbrico –que son la mayoría actualmente– emiten de forma constante unas ondas electromagnéticas que se convierten en pistas perfectas para los ladrones. Estas ondas se emiten hacia los vehículos, de manera que si se posee un captador de estas señales, se puede interceptar y descifrar el código. Una vez conseguido, se puede replicar para robar el vehículo sin tener posesión física de la llave.
Gracias a las propiedades del aluminio, se crea una barrera que evita la copia de las ondas electromagnéticas. Al margen de este truco, hay otras medidas sencillas que puedes tomar para evitar que los hackers roben la señal de tu mando a distancia para el coche:
- Compra una funda de bloqueo de señal: este tipo de robo de señal no es sólo un problema para los llaveros de los coches. Los pasaportes y otras identificaciones más recientes contienen chips de identificación por radiofrecuencia. Los delincuentes pueden utilizar un lector de RFID de alta potencia para robar su información a distancia.
- Mete la llave en el frigorífico o congelador: las múltiples capas de metal bloquearán la señal del llavero. Sólo tienes que consultar con el fabricante del llavero para asegurarte de que congelarlo no lo dañará.
- Mete la llave en el microondas: la estructura metálica debería funcionar tan bien como la de tu frigorífico. Eso sí, es fundamental que no pongas en funcionamiento el microondas, ya que podrías causar graves daños e incluso provocar un incendio.