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Después de jubilarse, David Deutchman ha dedicado los últimos 15 años de su vida a cuidar a bebés recién nacidos prematuros. En el Hospital Children's Healthcare de Atlanta (Estados Unidos) le conocían como "el abuelo de la UCI", por su labor de voluntariado con los más pequeños cuando sus padres no podían estar con ellos.
El caprichoso destino ha querido que falleciera a los 86 años el pasado 16 de noviembre, justo un día antes del Día Mundial del Prematuro (17 de noviembre). La vida de Deutchman se ha apagado por un cáncer de páncreas que le diagnosticaran hace sólo un mes, según informa Today.
Hace tres años, el hospital al que acudía todas las semanas para acompañar a los prematuros hizo una publicación en las redes sociales contando la historia de este hombre. Muchas madres y padres le calificaron como "un ángel" al ver como sus hijos dormían plácidamente en sus brazos. Los martes jugaba con los niños más mayores de la UCI pediátrica y los jueves los dedicaba a abrazar a los bebés de la UCI neonatal.
Su familia explica a Today que todavía no puede creer que se haya ido, pero dicen que saben que su legado perdurará por muchos años. "El voluntariado enriqueció absolutamente su vida", asegura su hija, Susan Lilly, de 55 años. "Tuvo una carrera empresarial muy exitosa y nunca le escuché hablar con tanto aprecio y amor sobre su trayectoria profesional a cómo lo hacía sobre su experiencia en el hospital", agrega.
Deutchman comenzó a trabajar como voluntario después de jubilarse. Descubrió que tenía demasiado tiempo libre y quería mantenerse ocupado. Un día, estaba en un centro de rehabilitación cercano cuando vio al Children's Healthcare y preguntó si podía ser voluntario. Después de una pequeña formación, comenzó a ejercer como 'abuelo de la UCI'. "Él siempre decía: 'No sé cuánta gente se da cuenta de que obtengo más de lo que aporto'. Siempre contaba: 'Recibo comentarios de las familias sobre cuánto me aprecian, pero yo les aprecio más'"., dice Lilly.
Su labor se vio interrumpida cuando cumplió 85 años, en noviembre de 2019. A partir de entonces, le empezaron a fallar las fuerzas. Poco después comenzó la pandemia del coronavirus y el programa de voluntariado del hospital se suspendió. Su vitalidad ya no regresó. Tras acudir al médico y someterse a varias pruebas, el 28 de octubre de 2020 le diagnosticaron cáncer de páncreas metastásico, por lo que empezó con los cuidados paliativos. "Ninguno de nosotros esperaba recibir un diagnóstico tan terrible", reconoce Lilly.