Úrsula Segoviano
Sociedad
Así ha conseguido seguir viviendo en su casa una mujer de 90 años que pidió no ir a una residencia
Úrsula Segoviano
Jueves 5 de diciembre de 2024
ACTUALIZADO : Jueves 5 de diciembre de 2024 a las 13:44 H
3 minutos
"Notaron un rápido deterioro físico"
Ha sucedido en Francia. Según recoge el diario regional La Dépêche, Yvette, una mujer nonageneria, viuda y sin hijos, que vive en el departamento de Lot, habría podido seguir viviendo en su casa pese a ser gran dependiente y no valerse por sí misma en tareas cotidianas como comer.
En concreto, cuenta Marlène Bousquet, coordinadora del Sistema de Apoyo a la Coordinación sociosanitaria del departamento, la mujer siempre manifestó "el deseo de poder envejecer" en su hogar y recibía ayuda a domicilio tres veces por semana.
Ahora bien, este apoyo resultó insuficiente. Y es que, comenta, empezó a manifestar problemas cognitivos y no conseguía alimentarse de manera correcta.
"El fisioterapeuta que acudía a domicilio constató también un rápido deterioro físico", añaden las personas que trataban con ella, que también se dieron cuenta de que había dejado de cuidar su higiene y de que no tenía capacidad para gestionar su dinero o ciertas tareas administrativas.
Además, cuentan en el artículo, su casa no estaba adaptaba y eso provocó que se quedase aislada la mayoría de los días, contando únicamente con el apoyo puntual de los profesionales que iban a visitarla y de una vecina que le ayudaba con la medicación.
Eso sí, explican, pese a ser potencial candidata a entrar en una residencia, Yvette rechazaba ir a una residencia.
Por ello, decidieron darle una respuesta multidimensional a su caso desde el Dispositivo de Apoyo a la Coordinación de Lot, una organización creada en 2022, para fomentar la coordinación sociosanitaria y dar respuestas a situaciones complejas, como es su caso.
Primero, explica Marlène Bousquet, comenzaron analizando bien las necesidades de la persona y de su círculo de cuidadores, reuniéndoles a todos, tanto a la parte sanitaria como a la parte social.
Y al final, se decidió que podría beneficiarse de una ayuda a domicilio todos los días, dos veces, con el objetivo de que pudiese recibir una correcta alimentación.
También se instaló un buzón para poner las llaves, para que los profesionales pudiesen entrar sin tener que pedir acceso a la vecina que le ayudaba, liberándola así de esta tarea.
Asimismo, se le asignó un nuevo médico y una enfermera que controla la medicación. Finalmente, detallan, también se movilizó un equipo móvil geriátrico.