Azurra Carnelos, de 33 años, dio la vida por su hijo, decidiendo continuar con su embarazo a pesar de la reaparición de su enfermedad, un cáncer de mama que le fue diagnosticado en 2019 y que creía haber superado.
La italiana, que se graduó con honores en Economía Bancaria y Finanzas, deja así a un bebé de 8 meses, Antonio, a sus padres, hermanos y a su marido, Francesco, con quien se casó en 2022, después de pensar que podría retomar su vida con normalidad. De hecho, ambos habían empezado a hacer planes de futuro. Él mismo expresaba al periódico italiano, Corriere del Veneto, que su principal preocupación "era no poder ser madre".
Azurra descubrió que tenía cáncer debido a un sueño que tuvo con su abuela, que también falleció por la misma enfermedad, en el cual le aconsejaba que se hiciese algunas pruebas. Fue así como acudió al médico, lo que le llevó a descubrir el cáncer que padecía.
Después de creerlo superado, la enfermedad reapareció, más agresiva, poco después de conocer que estaba embarazada en 2023, aun así, Azurra decidió seguir adelante con el embarazo, deseosa de ser madre a pesar del riesgo. Primero inició tratamientos compatibles con el embarazo, y llegó a suspender el tratamiento de quimioterapia al que se estaba sometiendo para no afectar a la salud del bebé cuando el embarazo ya estaba avanzado.
Finalmente, los médicos tomaron la decisión de adelantar el parto para así poder retomar el tratamiento lo antes posible. Sin embargo, y a pesar de que retomó su tratamiento tras dar a luz, Azurra finalmente falleció por el cáncer ocho meses después.
El funeral se llevó a cabo el pasado 17 de abril, en la provincia de Treviso, Oderzo, de donde era originaria.