Sociedad

Mujeres mayores japonesas cometen delitos para entrar en la cárcel y huir así de la soledad

Álvaro Valdés

Foto: Bigstock

Sábado 1 de febrero de 2025

4 minutos

Un informe de la CNN demuestra que las presas mayores de 65 años se han cuadriplicado en 20 años

Mujeres mayores japonesas cometen delitos para entrar en la cárcel y huir así de la soledad (Bigstock)
Álvaro Valdés

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Sábado 1 de febrero de 2025

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A pesar de Japón haber sido siempre un país que ha puesto en valor enormemente a los mayores y las tradiciones, últimamente se está dando una tendencia que va en contra de esta afirmación.

La CNN ha elaborado un informe en el que muestra el enorme problema que existe en el país nipón con la soledad de los mayores, hasta tal punto de que muchas cárceles de mujeres del país tienen reclusas que ingresan conscientemente para así no estar solas.

Según los datos recogidos por la cadena, el número de presas mayores de 65 años se ha cuadriplicado entre 2003 y 2022. En este contexto, un oficial de una de las prisiones le confesó a la CNN que hay gente que incluso afirma que pagaría si pudieran una mensualidad para vivir allí de por vida. 

Akiyo, una presa de 81 años que estaba cumpliendo pena de cárcel por robar comida, fue la principal protagonista del reportaje, ya que gracias a su testimonio nos podemos hacer una idea de la magnitud del problema. "Quizás esta vida sea la más estable para mí”, confesó, alegando que en esta prisión hay muy buenas personas y se cubren los servicios básicos. 

El motivo de que muchas personas quieran ingresar en las cárceles, como Akiyo, es que sus condiciones sociales son mejores dentro que en libertad. En la prisión tienen comida, atención médica gratuita, cuidados para ancianos, trabajo y, sobre todo, la compañía de otras personas. 

Por otra parte, el aspecto económico también tiene una gran relevancia en esta situación, ya que algunos japoneses cuando se quedan sin dinero cometen delitos menores para ser ingresados en prisión. “Si hubiera tenido estabilidad financiera y un estilo de vida cómodo, definitivamente no lo habría hecho”, dijo Akiyo cuando le preguntó la CNN al respecto. 

“Estar sola es algo muy difícil y me avergüenzo de haber acabado en esta situación”, añadió. “Realmente siento que si hubiera tenido más fuerza de voluntad, podría haber llevado una vida diferente, pero ahora soy demasiado mayor para hacer algo al respecto”, concluyó Akiyo. 

 

 

Sin embargo, son personas que no quieren hacer daño a nadie, por lo que para ingresar en la cárcel de manera inmediata, la solución perfecta ha sido robar. Según datos del gobierno japonés, en 2022 el 80% de las presas de avanzada edad habían sido condenadas por robo. 

“Ahora tenemos que cambiarles los pañales, ayudarlos a bañarse, a comer”, dijo Shiranaga, el guardia de la prisión de Tochigi. En esta prisión uno de cada cinco presos es un anciano. De hecho, en algunas prisiones ya están pidiendo que otros reclusos con conocimientos en enfermería se unan al personal de las cárceles para cuando éstos no lleguen a todo, ayudando así en tareas como bañarse, cambiarse de ropa o moverse, entre otras cosas. 

Megumi, otra guardia de la prisión, comentó que uno de los grandes problemas es que estos ancianos no tienen prácticamente apoyo cuando se reincorporan a la sociedad, ya que muchas veces sus familias los abandonan al entrar en prisión, o incuso antes de haber ingresado. "No tienen un lugar al que pertenecer", dijo la guardia. 

Tanto el Ministerio de Bienestar Social como el Ministerio de Justicia están lanzando programas para la orientación y la intervención temprana para poder evitar esta situación. Por su parte, el gobierno ahora considera nuevas soluciones para la soledad no deseada en los ancianos, como mayor accesibilidad para los mayores a la vivienda o el apoyo a personas mayores sin parientes. 

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Álvaro Valdés

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