Lucía se define como una mujer maltratada desde que nació. "Fui maltratada por mi padre, luego me casé y casi desde el primer día también fui maltratada psíquicamente", explica esta mujer de 80 años, que ha logrado salir de una situación de violencia de género, pero reconoce que ha aguantado mucho tiempo y ha tenido que superar muchas barreras, la primera, la mental. "Fue echando a toda mi familia fuera, no tenía derecho ni a tener un teléfono. Todo me lo iba agarrando, me controlaba los gastos, el poner la calefacción..." relata esta mujer, que tardó años en dar el paso por sentimientos como el miedo, la vergüenza o la culpa. Y es que la violencia de género es especialmente complicada en las mujeres mayores de 65 años, entre las que suele imperar "una cultura del silencio" que lo invisibiliza aún más. Una realidad que se ha hecho más intensa durante el confinamiento cuando la mujer ha tenido que pasar las 24 horas con su agresor. En el año 2020, el 27,5% de las mujeres asesinadas por su pareja tenían más de 61 años y el 80% de ellas no habían presentado denuncia contra su agresor, según las cifras oficiales.
"No hace falta estar en estado de alarma para vivir confinada. Como mujer maltratada ya vives en una cárcel mental de la que es muy difícil salir, pero se puede", así de directa se muestra Ana Bella, creadora de la Fundación homónima (@Fund_Ana_Bella) para mujeres maltratadas y madres separadas, creada tras sufrir malos tratos por parte de su marido durante 11 años. Dentro de ese grupo, las personas mayores maltratadas que no trabajan y cuya socialización se ha visto alterada por las medidas restrictivas para controlar la Covid ha supuesto un aislamiento aún mayor, al ser además un grupo de riesgo. El confinamiento domiciliario, reconoce Bella, ha frenado en seco la labor de detección y el apoyo a la víctima al limitarse las actividades fuera del hogar. "El confinamiento es el entorno ideal para el agresor, donde la víctima pasa más tiempo en casa, permitiendo un control más férreo sobre la vida de su pareja, especialmente entre los jubilados que no trabajan", señala Bella, quien sostiene que "la violencia de género es una pandemia global" que afecta a más de 1.200 millones de mujeres en todo el mundo. En España el 57% de las mujeres de 16 años o más ha sufrido violencia física, sexual o acoso en su vida, lo que equivale a más de 11 millones, según la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (@DelGobVG). Solo 1 de cada 5 de ellas recibe ayuda.
Mujeres mayores, las que menos denuncian
La educación y el contexto es determinante en el caso de las mujeres mayores maltratadas. "Muchas mujeres mayores ya vienen con una indefensión aprendida, por haber nacido en otro contexto en el que se admitía el machismo, y en muchos casos tienen barreras añadidas como la falta de independencia económica o el condicionamiento de los hijos. Es más el 40% de las maltratadas mayores de 65 años ha sufrido violencia por parte de su pareja o expareja durante más de 40 años", explica Ana Gil, psicóloga de la Fundación Casanova(@F_LuzCasanova), que lidera un grupo de trabajo con mujeres mayores de 60 años. Esto provoca que sean el grupo de edad que menos denuncia y viva esta situación en silencio. Según un informe especializado en mujeres mayores de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género (@DelGobVG), solo el 62,2% de las mujeres de 65 o más años que han sufrido violencia física, sexual o emocional por parte de alguna pareja ha denunciado o buscado ayuda formal o informal frente al 85,6% de las de 16 a 64 años.
Una realidad que ha vivido de cerca, Mari, una mujer de 65 años de un pueblo andaluz, donde cuenta se sufrió aún más presión por el "qué dirán"."Es muy difícil denunciar, te das cuenta de que la situación no es normal, pero no sabes qué hacer, te sientes mala esposa, mala madre... En mi caso, me casé muy joven, a los 21 años, tenía hijas y aguanté años de violencia psicológica, de desprecios y de gestos que dañan. Por suerte él se fue de casa cuando encontró a otra y así es cómo desapareció de mi vida", explica Mari. "La vida es lucha", defiende esta mujer quien reconoce que a pesar de haber rehecho su vida pasó muchos años sintiendo culpa. "Es muy difícil salir, te culpas de muchas cosas, en qué fallé, en qué no fallé... Está todo en la cabeza, al final te encierras en tí misma", explica, una característica frecuente entre las maltratadas, especialmente entre las de más edad. Ahora Mari trabaja como voluntaria para empoderar a otras mujeres en su situación.
Efectos de la pandemia
Enfrentarse a una situación de violencia de género durante la pandemia se ha hecho aún más complejo tanto para las mujeres que viven con su agresor como para las que están saliendo de ello, según las personas que trabajan en ello. "Hemos tenido que adaptarnos haciendo llamadas telefónicas o videollamadas. Gran parte de la intervención que hacíamos era presencial, y especialmente con las mayores hay que extremar las precauciones porque son grupo de riesgo", cuenta Ana Gil, psicóloga de la Fundación Casanova. "Esto ha supuesto un paso atrás, y muchas mujeres que se estaban empoderando ahora lo tienen más difícil, con importantes consecuencias para su salud física y mental. Se han incrementado los sentimientos de soledad, y una parte muy dolorosa, de no sentirse apoyados por la familia. Nuestras llamadas intentar abrir una ventana fuera del hogar".
"Además, poder ir al centro de mayores o actividades sociales, suponía abrirse al mundo, a otras relaciones, pero ahora las mujeres que viven con el agresor han tenido que argumentar cada salida", explica Ana Gil, quien destaca que el confinamiento es la situación ideal para el agresor porque fomenta el control durante las 24 horas del día. Otro impedimento entre los mayores ha sido la brecha digital ya que no todas manejan las tecnologías, a lo que se une el filtro de control por parte del agresor de las comunicaciones. "Nosotras nos hemos tenido que inventar que llamábamos de Movistar, de Thermomix, para poder seguir en contacto con las mujeres que convivían con sus parejas", cuenta Ana Bella.
Muertes durante el confinamiento
La consecuencia última de la violencia de género y el ámbito en el que más información hay al respecto es el asesinato. Un total de 41 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año, 1.073 desde que empezaron a contabilizarse en 2003. De ellas, un tercio eran mujeres mayores de 61 años, según reflejan las cifras oficiales. Durante el período de cuarentena de marzo a abril de 2020, en España se conocieron ocho casos de mujeres asesinadas identificadas como feminicidio íntimo. Esto supone un descenso frente a otros años, que las expertas atribuyen a que la reducción de las posibilidades de conflicto que desencadenen en asesinato al permanecer más tiempo en el hogar", señala Ana Gil. "Esto no implica un descenso de la violencia, pero sí de las situaciones de más tensión y enfrentamiento", añade.
De hecho, las llamadas al 016, el número de Información y Asesoramiento Jurídico en Materia de Violencia de Género, e dispararon un 48% entre marzo y abril, lo que supone un pico histórico solo superado una vez desde 2007. En el mes de abril de este año, en plena cuarentena, las llamadas al 016 alcanzaron las 8.692, una cifra solo superior en agosto de 2016, con 9.916 llamadas, cuando se conocieron el menor número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, según las cifras oficiales (49 víctimas mortales), según datos del Feminicio.net (@feminicidio), que recuerda que hay muchos más asesinatos que no se identifican oficialmente como violencia de género. En el caso de las mujeres mayores, la falta de información es aún mayor, tal como confirman las expertas.
Señales de alarma de la Violencia de género
De cara a detectar ciertos comportamientos, actitudes, comentarios u omisiones que puedens ser manifestaciones de la violencia de género, la Delegación del Gobierno ha establecido un decálogo para verificar tú o alguien de tu entorno está sufriendo maltrato. Puedes estar sufriendo maltrato por parte de tu pareja o expareja si:
Ignora o desprecia tus sentimientos con frecuencia
Ridiculiza, insulta o desprecia a las mujeres en general
Te humilla, grita o insulta en privado o en público
Amenaza con hacerte daño a ti o a tu familia
Te ha agredido alguna vez físicamente
Te aísla de familiares y/o amistades
Te ha forzado a mantener relaciones sexuales en contra de tu voluntad
Te controla el dinero y toma las decisiones por ti
No te permite trabajar
Amenaza con quitarte a tus hijas e hijos en caso de dejarlo
En el caso de las personas mayores, la activista Ana Bella añade algunas especificidades que pueden indicar que se está sufriendo maltrato. "Vigilar si deja sus aficiones –Antes iba a bailar o a clases de gimnasia y ahora no–, pierde o gana peso, cambia de humor, agacha la cabeza, la pareja ejerce exceso de control que provoca que vayan juntos a todos los sitioss o señales físicas de gafas de sol o moratones que antes no tenía". Pero ante todo Ana Bella anima a las mujeres mayores que están en esta situación a que "rompan el silencio". "La vida es muy corta, hay que ser felices y darse cuenta de que el amor no duele. Hace falta más valor para dormir con alguien que te está azotando que para empezar una vida nueva. Y que nunca es tarde", señala.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.