Un nuevo estudio demuestra que es posible retrasar el envejecimiento

Una nueva investigación, llevada a cabo por la Universidad de Oslo, en Noruega, ha demostrado que es posible ralentizar el proceso de envejecimiento, al menos en lombrices intestinales, en las que se ha realizado el estudio. "Descubrimos que podemos ralentizar la tasa de envejecimiento y aumentar la salud y la función en modelos animales a medida que envejecen. Conceptualmente, esto es muy interesante", explica Hilde Loge Nilsen, investigadora y jefa de departamento en el Departamento de Microbiología del Instituto de Medicina Clínica de la Universidad de Oslo.

Tal y como recoge la universidad en una nota, el envejecimiento aumenta el riesgo de sufrir muchas enfermedades como cáncer, demencia o enfermedades cardiovasculares. "Si podemos ralentizar el ritmo del proceso de envejecimiento, más personas mayores podrán mantenerse saludables", señalan. Además del beneficio en salud para las personas, esto generaría un "gran impacto positivo" también en la sociedad. 

Con esta premisa, este nuevo estudio, publicado en la revista científica Aging, que se suma a las muchas anteriores investigaciones sobre el envejecimiento con las que se ha tratado de averiguar si la velocidad del proceso de envejecimiento biológico podía ralentizarse, "muestra que en realidad podemos aplanar la curva de la velocidad del envejecimiento”, según Loge Nilsen. 

"El proceso de envejecimiento es como el contorno de una montaña. Descubrimos que la línea que muestra qué tan rápido ocurre el proceso de envejecimiento, se aplana. Es como si subieras una montaña que tiene una meseta en el punto más alto. Allí, puedes quedarte más tiempo sin cansarte demasiado". 

Así lo detectaron en el caso de los gusanos redondos. "En lugar de que los animales se volvieran frágiles con el paso del tiempo, se mantuvieron en el mismo nivel de salud durante un período de tiempo más largo. Se hicieron mayores, pero no frágiles”, explica Loge Nilsen.

¿Cómo se puede retrasar el envejecimiento?

Todo se reduce al envejecimiento de las células, donde tienen lugar muchos procesos vitales que se deterioran a medida que envejecemos, lo que supone, por ejemplo, una menor comunicación entre ellas. Del mismo modo, el material genético de las células acumula daños con los años y las mitocondrias, que proporcionan energía a las células, funcionan peor. 

Así, el truco para ralentizar el proceso de envejecimiento es "asegurarse de que las células sigan funcionando lo mejor posible, incluso cuando envejecemos". Loge Nilsen explica que los hallazgos del reciente estudio "muestran que podemos inhibir muchos de los procesos en las células que impulsan el envejecimiento. Nosotros usamos aceite de krill, que contiene varias sustancias diferentes que pueden actuar en estos procesos al mismo tiempo". 

Para la investigación, se utilizaron gusanos redondos, ya que tienen un curso de vida muy similar al nuestro, aunque solo viven unas tres semanas. En concreto, los investigadores observaron el desarrollo de la enfermedad de Parkinson en lombrices intestinales de mayor edad. La investigadora explica que "los gusanos redondos no contraen la enfermedad de Parkinson, pero muestran algunas de las mismas características que tienen las personas con esta enfermedad. Podemos medirlos y luego ver que los nematodos que reciben aceite de krill no pierden las células nerviosas del cerebro a medida que envejecen". 

Por lo tanto, los gusanos redondos "conservan la memoria, la función neuromuscular y, en general, son mucho más activos en la vejez que otros gusanos redondos", añade Loge Nilsen, que señala que el siguiente paso sería ver si este aceite de krill sería igualmente beneficioso en humanos.