Dice el refranero español que “en el amor, como en la guerra, todo vale”. Desgraciadamente, en eso se apoyan precisamente algunos delincuentes que recurren a la seducción para perpetrar sus delitos. Los casos de la denominada ‘estafa romántica’ han proliferado tanto, que la Policía Nacional ha vuelto a recordar estos días, a través de su cuenta de Twitter, en qué consiste esta estafa y cuál es la pauta que siguen los ladrones.
Os conocéis por #Internet, te envía fotos, te jura amor eterno y, sin darte cuenta, iniciáis una relación virtual?
— Policía Nacional (@policia) December 7, 2021
Pero...
?Dice ser militar, médico de una ONG o estar enfermo ?
?Te pide dinero con cualquier excusa ?
¡¡Que no te la cuele!!
?➡?#EstafaRomántica pic.twitter.com/KvQ8r6M9w2
“Os conocéis por Internet, te envía fotos, te jura amor eterno y, sin darte cuenta, iniciáis una relación virtual” explica la Policía Nacional a través de sus canales oficiales en redes sociales. “Pero, dice ser militar, médico de una ONG o estar enfermo y te pide dinero con cualquier excusa. ¡Que no te la cuele!”, detalla.
Este tipo de denuncias se han incrementado en los últimos años por la proliferación de estafadores que hacen uso de las aplicaciones de citas para cometer sus fechorías, aprovechándose de las carencias y de las debilidades de sus víctimas. Los estafadores se ganan la confianza de la víctima para recabar información personal o bancaria.
El método del 'Romance Scam', conocido aquí como ‘estafa romántica’ o ‘estafa del amor’ suele seguir unas pautas comunes. Los delincuentes contactan con personas que buscan pareja en redes sociales o páginas de citas y simulan tener un perfil social alto. A menudo, dicen ser militares, tener contactos en el ámbito político, ser médicos de ONGs, o ser altos directivos de empresas multinacionales. Aunque se han dado casos de todo tipo, el perfil de víctimas que buscan este tipo de estafadores suele ser el de mujeres maduras y con buena posición económica y social.
Así, presuntamente, fingen tener una relación sentimental con sus víctimas, con las que mantenían contacto mediante videollamada y redes sociales.
Para evitar el contacto personal, emplean como excusa que residen fuera o que se encuentran de viaje de trabajo en el extranjero. Pero siempre con promesas de reunirse con ellas lo antes posible. Generalmente, ya sean hombres o mujeres, se muestran muy efusivos y suelen querer avanzar muy rápido en la relación. ‘Amor de mi vida’, ‘matrimonio’ son términos a los que recurren con frecuencia.
Tras un tiempo de relación a distancia, y una vez que se han ganado la confianza de su víctima, solicitan dinero. Generalmente, aducen algún problema sobrevenido y urgente para pedir ese dinero. Suelen argumentar que necesitan el dinero para un viaje, o aducen problemas aduaneros con una mercancía que comercializan por trabajo, detenciones policiales en un país extranjero, o fingen estar enfermos y necesitar dinero para una cirugía médica urgente.
En ocasiones, y para dar mayor credibilidad a su historia, cuentan con socios que adoptan otras identidades ficticias, como abogados de la pareja o funcionarios públicos de terceros países.
Una vez que las víctimas transfieren el dinero a la cuenta bancaria de los estafadores, el dinero desaparece, la víctima es bloqueada en las redes sociales, y no vuelve a tener noticias de su supuesta pareja.
