Las altas temperaturas y las olas de calor están siendo una constante este verano, y las personas mayores siguen siendo las principales perjudicadas por este inusual calor, que se prevé que continúe el resto del mes de agosto.
Según las estimaciones realizadas por el Instituto de Salud Carlos III, desde el comienzo de la primera ola de calor vivida este verano, a comienzos del mes de junio, hasta el momento, habrían fallecido 3.148 personas por causas atribuibles a las altas temperaturas, de las cuales, 2.987 se atribuyen a personas mayores de 65 años, siendo el grupo de población de más de 85 años los más afectados.
En concreto, las personas mayores de 85 años son el grupo de edad que acumula más muertes por el calor (2.005). En segundo lugar se encuentran los mayores de 75 años (717 muertes), y en tercer lugar los que se encuentran en el rango entre los 65 y los 74 años (265).
Por comunidades autónomas también hay diferencias: la Comunidad de Madrid es la que más se ha visto afectada por el calor en cuanto a fallecimientos atribuibles a esta causa, donde se han estimado 797 muertes por calor; le sigue Castilla León, donde se han estimado 475 fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas vividas hasta el momento; y Andalucía, con 375 fallecidos.
Fallecidos en soledad
La soledad es otro factor importante a tener en cuenta frente a estas cifras, y aunque no hay datos específicos al respecto que aporten claridad sobre cuántas de estas personas mayores que han fallecido debido a las altas temperaturas se encontraban en situación de soledad, es un tema que no se puede pasar por alto, ya que ambas cuestiones suponen un riesgo para este colectivo, sobre todo en estos meses de verano cuando a esta situación se le añade las vacaciones de muchas familias, hijos y nietos que se marchan unos días de viaje mientras los mayores se quedan solos.
En concreto, de los más de 9 millones de personas mayores que hay en España, más de 2 millones viven solas, según la Encuesta Continua de Hogares, realizada por el Instituto Nacional de Estadística, una cifra lo suficientemente elevada como para no tenerla en cuenta.
Hay diferencias entre estar solo y sentirse solo, pero para este primer grupo, el riesgo que suponen las altas temperaturas aumenta, debido a la falta de cuidados y el desconocimiento que algunas de estas personas pueden sufrir. Así lo explican desde el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) a 65YMÁS, y aunque no cuentan con datos que confirmen cuántos de estos fallecimientos por las altas temperaturas referidos a las personas mayores se atribuyen a la soledad que puedan sufrir, sí opinan que esta falta de cuidados y de control respecto a los mayores "nos lleva de manera indiciaria a creer que en la mayoría de los casos, han fallecido en soledad".
Solo José Manuel Arredondo, el director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón, donde en este periodo de tiempo ha habido 373 fallecidos por las altas temperaturas de mayores de 65 años, daba al Heraldo algunos datos al respecto, señalando que la tipología de estas personas fallecidas por debido al calor es de mayores que viven solos, con enfermedades previas y que no se cuidan bien. "Son muy vulnerables y la muerte en soledad hace estragos", afirmaba.
El impacto del calor en las personas mayores
El calor afecta especialmente a este colectivo, algo que desde CEDDD confirman: "Las personas mayores sufren disfunciones de su sistema termorregulador que les confiere una menor percepción de los cambios de temperatura, reaccionan más tardíamente ante ellos y su respuesta, por tanto, es menor ante los efectos adversos de los cambios térmicos. Además, son más proclives a la deshidratación por esa falta de sensación de sed".
Y señalan algunos síntomas a los que hay que estar atentos, como "cierto grado de somnolencia, dolor de cabeza, hipertermia, piel caliente y enrojecida, náuseas, desorientación temporoespacial, disminución de su nivel sensorial y del nivel de conciencia, confusión, convulsiones e incluso llegar al coma", explican.
"El calor no afecta a todas las personas por igual, entre las más vulnerables se encuentran las personas mayores, especialmente las que viven solas o son dependientes y, por ello, tenemos que estar especialmente atentos con ellas", recalcaba Cruz Roja en un comunicado, desde donde lanzaban algunos consejos para reducir los efectos de las altas temperaturas:
Mantenerse alejado del calor.
Mantener el hogar fresco.
Mantenerse hidratado.
Procurar estar a la sombra en el exterior.
Si tenemos problemas de salud, consultar con el médico acerca de las posibles medidas complementarias que podríamos necesitar adoptar.
Si empezamos a notar síntomas de que podemos estar sufriendo un golpe de calor, detener lo que estemos haciendo, buscar un lugar fresco y pedir ayuda.
Por último, señalan la importancia de, mientras nos cuidamos, no olvidarnos de familiares, amistades y vecinos que vivan solos o que pasen gran parte de su tiempo a solas, ya que las personas vulnerables pueden necesitar ayuda en los días más calurosos, recibiendo algunos consejos útiles o apoyo.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.