Sociedad
'Overbooking' de pacientes en la España Vaciada por el éxodo veraniego de las ciudades
La estancias "en el pueblo" por vacaciones se alargan mucho más por la pandemia
La España más despoblada se llena de vida cada verano. Muchas de sus casas que durante el año permanecen vacías, en agosto –normalmente coincidiendo con las fiestas–, suelen recibir múltiples visitas.
Y con la pandemia, este fenómeno ha ido en aumento, ya que son muchos los urbanitas que deciden alargar sus estancias "en el pueblo" u optan por volver a visitarlo tras mucho tiempo sin ir, por la dificultad para viajar al extranjero o por el menor riesgo de contagio de Covid en estos municipios.
Por ejemplo, explica la médica turolense Pilar Borraz, este año, la población de los municipios de la zona básica de salud de Mas de las Matas –donde residen unas 3.000 personas–, en el "bajo Aragón", se ha triplicado.
Sin embargo, esta sobreocupación veraniega, que redinamiza estas localidades, también tiene su lado negativo, puesto que satura a un sistema de salud ya de por sí precario en las zonas rurales de Teruel.
Y es que en toda la zona sanitaria de Mas de las Matas sólo hay tres médicos durante el día y uno por la tarde y, actualmente, deben dar servicio, sin mucho refuerzo, a muchas más personas que vienen de fuera, atendiendo problemas sobrevenidos, haciendo seguimientos e, incluso, poniendo –los enfermeros– vacunas a desplazados o haciendo PCRs.
“En verano, esta zona se llena de vida, de gente que vive en capitales u otras zonas. Pero, desde que comenzó la pandemia, ha cambiado la forma de veranear. Antes, venían sólo para la virgen, y ahora, están todo el mes. Yo acabo de venir de Aguaviva –municipio de la zona– y hacía años que no lo veía así. Hay casas que llevaban sin abrirse mucho tiempo y llevamos dos veranos que están todo el rato con gente”, señala.
Y muchos de esos foráneos, cuenta, recurren a la figura del "desplazado" –que facilita el trabajo a los sanitarios ya que pueden tener acceso a datos del paciente y anotar nuevos–, "independientemente de que nos necesiten o no”, añade.
Unas plantillas insuficientes
Eso sí, matiza, que haya aumentado el número de pacientes no significa que la plantilla se haya redimensionado en consecuencia.
“Estamos un poco peor, porque se ha jubilado un compañero y lo cubrimos un poco entre todos. Así que estamos los mismos en verano que en invierno y nos hemos pillado las vacaciones de quincena en quincena. Hacemos encaje de bolillos", sostiene.
Asimismo, añade, "hay gente que ha venido a vacunarse aquí” y eso, aunque en menor medida, también supone una sobrecarga. “Los hay que tienen la primera puesta en su zona de origen y vienen aquí a ponerse la segunda. Es lo que se ha acordado en el Consejo Interritorial”, apunta.
“Además, nosotros seguimos con las consultas presenciales, telemáticas, urgencias y el trabajo de los enfermeros –vacunación, PCR, antígenos, crónicos...–. Hemos seguido haciendo todo”, prosigue.
"La plantilla de aquí está haciendo un esfuerzo sobrehumano"
Y esta falta de personal también la notan los lugareños. “El otro día, me tocó ir al pueblo y me dijeron que la doctora estaba sola para toda la zona. La plantilla de aquí está haciendo un esfuerzo sobrehumano. Por ejemplo, el día que me fui a vacunar, ví que estaban asumiendo gente de vacaciones”, relata Raquel Benedi, maestra en uno de los municipios de la zona.
Incluso, indica, algunos autóctonos evitan ir al médico en estas fechas si no es urgente, por no saturar. “Los locales estamos dudando si ir. Fue mi caso: estaba fatal desde hacía cuatro horas, pero no sabía si pasarme. Al final, la doctora me dijo que tenía que venir, que estaban para eso, y me confesó que parecía que los del pueblo nos estábamos conteniendo estos días, porque había mucha gente", afirma.
Hacer atractiva la atención primaria en el entorno rural
No obstante, esta situación se solucionaría si aumentase el número de sanitarios y se reforzasen las plantillas en estos periodos, opina la médica Pilar Borraz.
“Creo que hay que hacer más atractiva la atención primaria. No sé si se resolvería aumentando las plazas de estudiantes, pero pienso que habría que fomentar el trabajo en equipo y mejorar los contratos, con posibilidad de ampliar”, propone.
“Yo soy hija de médico de pueblo y me encanta. Y no quiero ser negativa, porque trabajo en lo que siempre he querido. Hay que sacar el lado positivo y vender esto como calidad de vida y hay que pensar que las cosas buenas superan a las malas”, concluye.
