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Muchas personas han desarrollado secuelas después de haber estado contagiados de la COVID-19 y en este sentido, cerca del 20 por ciento de los pacientes que presentan dolor de cabeza durante el contagio, desarrollan una cefalea crónica diaria, según los resultados de un estudio publicado en la revista 'Cephalalgia', publicación oficial de la Sociedad Internacional de Cefaleas, y realizado por miembros del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En esta investigación se ha analizado la evolución de más de 900 pacientes españoles con COVID-19 que padecieron dolor de cabeza como síntoma de esta enfermedad.
"El dolor de cabeza es un síntoma frecuente de la COVID-19 y también un síntoma habitual entre personas que han superado la enfermedad, pero apenas se han realizado estudios que nos permitan conocer la evolución de este síntoma a largo plazo. Por esa razón, realizamos este trabajo, en el que hemos incluido a más de 900 pacientes de seis hospitales españoles y estudiamos su evolución durante nueve meses", explica el doctor David García Azorín, coautor del estudio y vocal de la SEN.
De todos los pacientes que se incluyeron en el estudio, cerca de la mitad no tenían antecedentes previos de cefalea, y aunque la media de duración del dolor de cabeza fue de 2 semanas, en aproximadamente una quinta parte de los pacientes se volvió persistente y siguió un patrón diario crónico: en el 19 por ciento de los pacientes la cefalea persistía a los 3 meses y en el 16 por ciento el dolor de cabeza persistía a los 9 meses.
Además, la intensidad del dolor de cabeza durante la fase aguda de la COVID-19 se asoció con una duración más prolongada de la cefalea.
"Observamos que, en los casos en que el dolor de cabeza persiste después de 2 meses, es bastante probable que permanezca presente a lo largo del tiempo. Y también que, cuando el dolor de cabeza persiste durante un mes, existe un 50 por ciento de probabilidades de que el dolor de cabeza siga presente 9 meses después. Esto muestra la importancia de la pronta evaluación de pacientes con dolor de cabeza persistente después de padecer COVID-19", comenta el doctor Jesús Porta Etessam, coautor del estudio y Vicepresidente de la SEN.
"Desde la SEN estamos convencidos de que, si en estos pacientes se abordara correctamente este síntoma desde el inicio, se evitarían muchos de los problemas de cronificación de esta enfermedad. En todo caso, a día de hoy, no existen terapias específicas, por lo que la mayoría de los médicos tratan el dolor de cabeza postCOVID-19 basándose en la similitud de los síntomas con otras cefaleas primarias. Teniendo en cuenta el impacto del dolor de cabeza en la calidad de vida de los pacientes, se necesita urgentemente realizar estudios controlados de posibles tratamientos y de su efectividad", apostilla la doctora Patricia Pozo Rosich, coautora del estudio.
Otra de las conclusiones de este estudio es que, con mayor frecuencia, los pacientes con cefalea persistente a los 9 meses tienen un dolor de cabeza con características similares a la migraña.
Además, los pacientes con cefalea persistente después de 9 meses son sobre todo personas mayores, más frecuentemente mujeres, que con menos frecuencia habían padecido neumonía durante la COVID-19, y cuyo dolor de cabeza tiene una intensidad algo más leve, es palpitante, va acompañado de fotofobia y/o fonofobia y empeora con la actividad física.