Padres e hijos que viven en la misma residencia de mayores. Según asegura José Luis López, director del Centro Residencia Pirineos (Zaragoza) y miembro de la patronal aragonesa de la dependencia ARADE, en una entrevista concedida a 65YMÁS –ver vídeo, arriba–, este curioso fenómeno que se está produciendo en algunos centros sociosanitarios, es reflejo del progresivo aumento de la esperanza de vida, que hace que haya diferentes generaciones recurriendo a servicios de cuidados; cada una, con unas necesidades específicas.
Esta situación, explica López, puede ser "beneficiosa", por la riqueza que aportan los intercambios entre personas de edades distintas, pero trae también dificultades consigo, puesto que implica dar asistencia a perfiles que, normalmente, no requieren de los mismos servicios.
Por esta razón, López sostiene que es necesario tender progresivamente hacia una clara diferenciación entre cuidados "muy preparados, semi-medicalizados, para atender a personas con deterioro cognitivo avanzado, de 90 y muchos años", y luego, centros "que sean de convivencia", para las personas de más de 70, más autónomas, donde se priorice la socialización, las actividades, etc. Y es que este grupo poblacional, matiza, por lo general, está llegando a esa edad con un buen estado de salud y con poca dependencia.
El modelo que está por venir
Y en paralelo, añade, los centros deben cambiar para adaptarse a estos perfiles: tendrían que ser "idealmente" más pequeños o dividirse en unidades según el tipo de dependencia, abrirse a los familiares, contar con diferentes tipos de actividades y regirse por el modelo de la Atención Centrada en la Persona.
"Es la garantía de éxito. Cuando empezamos a trabajar con los mayores, el conocerlos y tener una persona de referencia es muy importante. Y adaptar el centro a su vida diaria, como tener una fotografía de sus nietos o hijos, también", ejemplifica.
Por otra parte, otra tarea pendiente es el desarrollo de la Ayuda a Domicilio, explica. En este caso, detalla, la tecnología jugará un peso importante en su expansión.
"Va a avanzar mucho. Nos vamos a encontrar con domicilios domotizados, para tener, por ejemplo, las constantes vitales de la persona monitorizadas, simplemente, con un reloj conectado a un centro médico que nos va a decir cómo nos encontramos", asegura.
En este sentido, el experto pone de ejemplo en el que fijarse a la hora de implementar el nuevo modelo de cuidados a los países nórdicos, si bien, matiza, la cuantía de recursos destinados en estos casos es muy superior y existen copagos. "Es como escribir la carta a los Reyes Magos y que te concedan todos los regalos. Pero podríamos llegar a un punto intermedio", indica.
Por ello, López anima a explorar otras vías complementarias de financiación privadas de los cuidados, para hacer frente a la gran demanda que vendrá en los próximos años y garantizar la calidad y atención personalizada. "La administración va a tener ciertas dificultades a la hora de cubrir estos gastos", advierte.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.