El Papa Francisco se ha convertido en uno de los mayores defensores del envejecimiento y las personas mayores. El Pontífice, que ahora tiene 85 años, ha concedido una entrevista al presbítero argentino Guillermo Marcó, exresponsable de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Buenos Aires cuando el Papa era arzobispo, en su podcast Macró tu semana, de la tele a las redes.
Durante su entrevista, el Pontífice ha confesado qué es lo que piensa cuando se acuerda de la edad que tiene: "No la siento (la edad), cuando me pongo a pensar que tengo 85 años, lo tuve que pensar ahora cuando no me dejé operar por la anestesia, dije 'no, eso no', me parece una cosa no real. A esta edad, yo me río de mí mismo y sigo adelante".
El Papa ha aprovechado para volver a denunciar el "descarte" que hace la sociedad a los mayores: "Esto hay que desterrarlo, porque los mayores son las raíces, la savia fresca. La vejez es algo lindo", aseguraba.
Echa de menos su anonimato
Por otro lado, el Pontífice ha compartido todo lo que ha aprendido en el Vaticano a lo largo de estos años: "Una de las cosas que aprendí acá es que no sabemos manejar las crisis, y las crisis son las que nos hacen crecer", ha asegurado.
"Cuando transformas una crisis en conflicto, perdiste. La unidad es mayor al conflicto, o sea, el conflicto te reduce", ha añadido.
Por último, el Papa ha confesado que lo que más echa de menos de su tierra natal: "Allá en Buenos Aires o iba caminando o iba en el bus, etcétera. Acá las dos veces que tuve que salir me agarraron in fraganti. Dos veces, en invierno. Siete de la tarde que no pasa nada, todo oscuro. Cuando fui a la óptica una señora desde el balcón (gritó): '¡El Papa!' y ahí se acabó".
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.