Un grupo de sacerdotes mayores se ha reunido en Caravaggio con motivo del Día de la Fraternidad, junto con los obispos de la región y han recibido de manos del obispo emérito de Mantua, monseñor Roberto Busti, una carta del Papa Francisco en la que les dijo: : "Están viviendo una estación, la vejez, que no es una enfermedad sino un privilegio", el privilegio de "asemejarse a Jesús que sufre", según ha informado la agencia de noticias vaticana.
El Santo Padre también apunta en su misiva a estos sacerdotes que quien está enfermo "vive un privilegio" que es el de asemejarse a Jesús "que sufre, y llevar la cruz precisamente como Él".
Y añade, los sacerdotes ancianos no son sólo "objetos de asistencia" sino "protagonistas activos", asegura el Papa, porque son "portadores de sueños cargados de memoria y, por tanto, muy importantes para las generaciones más jóvenes".
"De ustedes viene la sangre para florecer en la vida cristiana y en el ministerio", dice el Papa antes de hacer una petición: " Les pido, por favor, que recen por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo, ¡pero no tanto!".
