Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
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Jueves 9 de septiembre de 2021
ACTUALIZADO : Jueves 9 de septiembre de 2021 a las 12:20 H
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Ciertos analgésicos y antiinflamatorios pueden ocasionar retención de líquidos, lo que crea problemas renales y aumenta la presión arterial. Es el caso del ibuprofeno y la aspirina. Por esta razón, tradicionalmente se ha recomendado la utilización de paracetamol como analgésico de elección en pacientes con edad avanzada o con patología vascular. Sin embargo, prácticamente apenas hay estudios sobre la seguridad del paracetamol en pacientes con riesgo cardiovascular y en muchos casos nos surge la duda sobre si el paracetamol también sube la tensión.
Según un estudio del Servicio de Nefrología-Hipertensión Arterial del Centro Médico de Asturias realizado con 33 pacientes con enfermedad coronaria, el tratamiento con paracetamol indujo un incremento de aproximadamente 3/2 mmHg en la media de la presión arterial, y los autores concluyeron que el estudio que demuestra que el paracetamol aumenta la presión arterial en pacientes con enfermedad coronaria y consideran que la posible prescripción de paracetamol en estos casos debería realizarse con precauciones similares a las establecidas para los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibupronefo, y los inhibidores de la COX-2.
Otro estudio llevado a cabo en centros de Atención Primaria de Cataluña y el País Vasco concluyó que el consumo de paracetamol en formulación efervescente eleva la presión arterial en comparación con la no efervescente. Concretamente, la diferencia en la presión arterial sistólica entre ambos tratamientos fue de 3,99 mmHg más alto en el uso de la versión efervescente.
Si bien los estudios sobre paracetamol e hipertensión son escasos, ya hay evidencias que con dosis mayores de 2-2,5 g/día, las personas los hipertensas pueden mostrar aumentos de la presión arterial. No obstante, la Guía de la American Heart Association lo sigue recomendando como fármaco de elección en el tratamiento del dolor en pacientes con riesgo cardiovascular.
Por ello podemos decir que tanto los antiinflamatorios no esteroideos, como el paracetamol y el ácido acetilsalicílico suponen la elevación transitoria de la presión arterial, ya que estos fármacos producen una retención hidrosalina y un efecto vasoconstrictor, que tiene como consecuencia final la elevación de la presión arterial, que es tanto mayor cuanto más frecuente es su consumo. Y aunque se trata de un analgésico que se puede adquirir sin prescripción médica, es importante que no consumirlo sin consultarlo antes con el médico de cabecera.
Además, recordamos que la presión arterial son los valores que la fuerza ejercida por el propio flujo sanguíneo en las paredes de las arterias cuando éste es bombeado por el corazón y aunque no existe una cifra exacta, generalmente se consideran normales aquellos valores que se encuentran aproximadamente en 120/80 mmHg.