El envejecimiento y la longevidad son dos aspectos clave en el diseño y la planificación de la sociedad actual, caracterizada por una creciente prolongación de la esperanza de vida.
En esto se ha centrado el ciclo de Conversaciones en Salamanca, que organizó el pasado mes de noviembre la Fundación General de la Universidad de Salamanca (@fgusal) a través de CENIE (@cenie_es), Centro Internacional sobre el Envejecimiento, cuyo invitado ha sido el ensayista y filósofo Pascal Bruckner.
Esta prolongación de nuestras vidas es un fenómeno que tenemos que tener muy en cuenta en los diferentes ámbitos de nuestra vida en particular y social, tanto el sanitario, laboral, ambiental, cultural, financiera o educativo. Las personas que trabajan en estos campos y que buscan respuestas positivas para toda la sociedad han sido quienes han protagonizado "Conversaciones en Salamanca", según ha indicado la Fundación en una nota. Pascal Bruckner ha sido una de ellas.
¿Qué significa envejecer bien?
A sus 50 años de carrera como filósofo, docente, ensayista y novelista, Pascal Bruckner ha intentado dar respuesta a la pregunta de qué significa envejecer bien.
“Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la especie humana, al menos en los países desarrollados, ha ganado de veinte a treinta años de esperanza de vidaadicional. En el siglo XVII en Francia, hombres y mujeres morían en promedio a la edad de 25 años y el cementerio estaba en el centro de cada pueblo. Esto significa que la muerte estaba en el centro de la vida, que era solo un simple intervalo entre dos nadas", explicaba en una entrevista.
El contraste con la época actual es evidente, y aunque este aumento en la esperanza de vida es algo positivo, también conlleva una serie de problemas, tal y como señalaba Bruckner: "Es necesario reorganizar el mundo del trabajo y posponer la fecha de jubilación para quienes no tienen trabajos arduos. También debemos repensar la escala de las edades de la vida y considerar que después de 50 años no estamos entrando en el ocaso de la existencia, sino en el verano indio de la vida. Tenemos derecho a una segunda o tercera oportunidad y para muchos, hombres o mujeres, a una nueva vida amorosa".
"Tradicionalmente, la vejez fue vista como el período de apaciguamiento, de sabiduría hecha de benevolencia y resignación. Ya no podemos aceptar esta visión de una suave pendiente donde convergen el debilitamiento del cuerpo y el declive de las ambiciones. Y si la enfermedad continúa atacando, son las mentalidades las que deben cambiarse", añade.
Teniendo en cuenta que las personas mayores serán mayoría a mediados del siglo XXI, Buckner indica que "en lo que tenemos que pensar ahora es en una una vejez dinámica, que permanece abierta al conocimiento, al deseo, a los viajes y no renuncia a nada más que a la renuncia".
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.