“Chucho, estamos llegando al pueblo y estamos en temporada vacacional, así que ya sabéis, os tiráis todos los pedos aquí, que sino molestamos a los turistas”. Este es el inicio de un vídeo de poco más de seis minutos que en pocos días se ha hecho viral en las redes sociales, como viene siendo habitual con las anteriores publicaciones de su autor en su perfil de Facebook.
El protagonista es Nel Cañedo, un joven gijonés licenciado en Historia por la Universidad del País Vasco (@upvehu) que desde hace más de cinco años es pastor en los Picos de Europa, elabora el queso Gamoneu (@DOPGamoneu) y ahora se postula para presentarse a las próximas elecciones regionales por la formación política, de reciente creación, Partido de Defensa del Mundiu Rural.
El vídeo en cuestión valora la sentencia que, ante las quejas de unos turistas hospedados en un hotel rural de Sotu Cangues, en Cangas de Onís a los que molestaba el ruido que hacían las gallinas en un gallinero cercano, decreta su cierre temporal dedicado a la cría de gallos hasta que sus propietarios demuestren que tienen licencia para ejercer esta actividad.
Una sentencia que da respuesta a la denuncia interpuesta por el propietaro del establecimiento hotelero, Apartamentos de Turismo Rural Camino Picos de Europa, que en declaraciones al portal Elfielato, dedicado a difundir noticias del Oriente de Asturias, insiste en que los turistas no podían soportar el ruido que hacían las gallinas de un cercano gallinero y que les impedía dormir.
La decisión de la Justicia fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Nel que en el vídeo explica cómo “los pites canten. Kirikirí, kikirikí. Son el despertador de la naturaleza. ¡Y coño, que a los inquilinos del hotelito rural les molestaban porque cantaban a horas intempestivas!”, sobre todo porque “intempestivas son 3 de la mañana cuando molestan con la música en el jardín, ‘chunda-chunda-chunda’. Y nunca nadie en el pueblo protestó”.
“¿Para qué venís a un pueblo a hacer turismo rural?”, se pregunta Nel Cañedo que también se refiere a las quejas de los turistas por el ruido que hacen los tractores al pasar “a las cuatro de la tarde”, comparándolo con el de “los coches, o los camiones de la basura” que circulan por la ciudad a cualquier hora del día.
Y sobre el fallo de la Justicia el joven pastor se dirige al propietario del hotel para que ponga “ventanas como Dios manda, aislantes para el ruido. Tuviste suerte, porque si das conmigo quito las pites, pero compro medio docena de castrones (machos cabríos) enanos y te los meto en el gallinero todo el verano. Y cuando me denuncies los castrones, compro un burro y lo amarro allí”.