Los patinetes eléctricos se han convertido estos últimos años en el mayor enemigo de los peatones y conductores. El odio que suscita este Vehículos de Movilidad Personal (VMP) se debe, entre otras cosas, por su polémica velocidad. No pueden superar los 25 km/h, pero pasan muy rápido por zonas de elevada afluencia de peatones y, además, resulta muy fácil trucar esta limitación: el pasado mes de marzo una mujer de 79 años murió tras ser atropellada en Madrid por el conductor de un patinete eléctrico, que, según los testigos, rodaba la velocidad.
Lo cierto es que los patinetes son una de las novedades más importantes de las grandes ciudades que apuestan por la sostenibilidad. Sin embargo, los ciudadanos denuncian que estos usuarios no son conscientes del peligro que supone hacer un mal uso de este tipo de vehículo. Y es que, a diferencia de lo que pueda parecer, hay que dejar bien claro que no es un juguete para niños.
Desde luego que no lo es: los accidentes de circulación con patinetes se incrementaron en un 31,6% en el último año, pasando de 76 en 2019 a 100 en 2020, teniendo en cuenta, además, los confinamientos y restricciones de movilidad que hubo debido a la pandemia. Del centenar de siniestros del año pasado, 109 personas sufrieron lesiones y 6 personas perdieron la vida, tal y como muestra el informe 'Crash-tests de patinetes eléctricos, riesgos asociados y recomendaciones para un uso seguro' realizado por Fundación MAPFRE, en colaboración con CESVIMAP, que recoge los datos de los accidentes “más mediáticos”, ya que no existe un registro oficial de los mismos.
Las víctimas de este transporte se encuentran en un rango de edad comprendido entre los 15 y los 82 años: los jóvenes de 16 a 35 años son los más afectados, pero, al igual que con el resto de vehículos, los mayores son un grupo vulnerable a sufrir atropellos mortales. El resto de accidentes que destacan son las caídas y las colisiones contra otros vehículos, mayoritariamente, turismos.
La primera víctima mortal fue en 2018: una mujer de 92 años falleció en Barcelona tras ser atropellada por un conductor de un patinete que iba mirando el móvil y, el cual, solo fue castigado con una multa. "Un atropello con patiene es similar a uno de una bici, tanto conductor como atropellado caen al suelo y, dependiendo de la velocidad, las lesiones son mayores o menores", explicó Jordi Rivera a El País, que investiga accidentes en el gabinete Ipsum. "El patinete no tiene mucha masa, así que no lanza con mucha fuerza. El arrollado sale proyectado y normalmente suele haber daños leves. El problema es que cuando se trata de personas mayores, que caen a plomo e impactan con la cabeza en el suelo, por lo que sí que puede haber daños más graves como ocurrió en el caso de Barcelona", añadió.
Un 66% de los siniestros se dan en las calzadas de las ciudades, mientras que el 10% se dan en pasos de peatones y, además, no llevar casco, llevar puestos los auriculares o circular por vías interurbanas son principales factores que llevan al conductor a la muerte.
La falta de formación específica, así como el escaso control que tienen los conductores de los patinetes eléctricos, son el resultado de una reciente normativa que hay que pulir. Poco a poco se van realizando cambios como, por ejemplo, la prohibición de que circularan por la acera, pero no parecen suficientes. Por ello, el Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, remitió el pasado junio un oficio a todas las policías urbanas de tráfico de España para que intensifiquen los controles de alcohol y drogas en usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP), como patinetes eléctricos, y ciclistas que circulan por las ciudades.
"Se vienen produciendo incumplimientos sistemáticos de las normas viales por parte de ciclistas, patinadores, los falsos VMP que son realmente ciclomotores, que generan una gran perturbación, inquietud e inseguridad y la ciudadanía. De manera que la movilidad sostenible, que es el objetivo, se pone en riesgo", dijo Vargas en una rueda de prensa.
Valencia ha sido la primera en escuchar esta petición. En la ciudad, los accidentes provocados por conductores de este tipo de vehículos que estaban bajo los efectos del alcohol se han disparado este año, por lo que la Policía Local ha informado recientemente que reforzará los controles de velocidad, alcoholemia y drogas entre los conductores, incluidos los patinetes, ya que los incidentes con VMP han aumentado en tres años un 511% en la ciudad, siendo el alcohol, como ya hemos comentado, uno de los causantes principales.
Bartolomé Vargas también defendió su apuesta de obligar a los usuarios de los VMP y bicicletas a contratar un seguro de responsabilidad civil. A su vez, destacó el incumplimiento de las normas por parte de estos conductores: "No es infrecuente ver que ciclistas se saltan un semáforo en rojo o que el usuario de un patinete circula por la acera y está a punto de atropellar a un peatón". Continuó haciendo hincapié en el hecho de que no respetan las señales, razón por la que "se genera un sentimiento de inseguridad, perturbación en la convivencia ciudadana y conflictividad que hace que la movilidad sostenible se aleje", alertó.
Enrique Lorca, el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (@InfoCnae) también se mostró partidario de exigir más requisitos a los usuarios de patinetes eléctricos y bicicletas para poder circular. Durante su comparecencia ante la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados el pasado mes de junio, criticó que estos conductores "no reciben ningún tipo de formación". Por ello, aboga por implantar una formación intensiva y concreta "de cuatro horas, una mañana o una tarde" porque "van a compartir la vía con el resto de usuarios", defendió.
