Cuidar de las abejas es cuidar del ecosistema y, por tanto, salvaguardar el futuro de la alimentación y de la vida en el Planeta tal y como la conocemos. El cambio climático, el uso masivo de pesticidas, la deforestación, los desastres naturales y los incendios en todo el mundo amenazan de muerte a las abejas, unos insectos polinizadores imprescindibles, vitales contribuyentes a la reproducción de varias plantas, ya que son una de las especies de polinizadores más integrales de la naturaleza.
Las últimas señales de alarma nos llegan desde Brasil. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO @FAOenEspanol), las abejas, encargadas de polinizar el 75% de los cultivos mundiales están muriendo rápidamente. En un período de tres meses, Brasil ha perdido más de 500 millones de abejas, dejando en duda el futuro de nuestra cadena alimenticia. De hecho, reportes internacionales detallan que los apicultores han encontrado estos 500 millones de abejas muertas en cuatro Estados brasileños y en un periodo en el que se han recopilado datos desde diciembre de 2018 hasta febrero de 2019.
Los investigadores culpan de esta devastadora situación al alto aumento del uso de pesticidas; desde enero, Brasil ha aprobado casi 300 nuevos pesticidas para su uso en cultivos; pesticidas como el fipronil que la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU clasifica como un posible carcinógeno humano.
Un 40% de especies de insectos, en peligro de extinción
La Fundación Amigos de las Abejas (@FAmigosAbejas) trabaja para dar a conocer la tremenda relevancia de estos insectos, "por la defensa y protección de la abeja melífera, su contribución a la recuperación de ecosistemas y por la apicultura". Según ellos, las abejas y otros insectos polinizadores mejoran hoy en día la producción agrícola de los pequeños agricultores en todo el mundo, pero para la supervivencia de estos insectos necesitan recursos adecuados para alimentarse, lugares con abundante polen y néctar de las flores. Requieren un lugar para anidar y para comer, y un entorno natural favorable.
Según los estudios realizados por investigadores de todo el mundo, más del 40% de las especies de insectos están en peligro de extinción. Entre ellos están las abejas, tan importantes y necesarios para mantener la biodiversidad de los ecosistemas terrestres. Su número está disminuyendo de forma alarmante en todo el planeta, y algunas especies de abejas ya figuran en la lista de especies en peligro de extinción.
Este descenso es sobre todo consecuencia de las actividades humanas. El cambio climático provocado por la emisión de gases de efecto invernadero, junto con otras causas no menos importantes, ha obligado a los científicos a levantar la voz de alarma, anunciando una extinción masiva de biodiversidad. Si continúa la subida de temperaturas globales, en menos de un siglo se terminará con gran parte de las especies vegetales y animales del planeta. La subida del nivel del mar está provocando que algunas islas del pacifico dejen de ser habitables. Las inundaciones de las zonas costeras se irán incrementando al mismo tiempo y ritmo que se derriten las capas de hielo polar.
A escala local, están surgiendo iniciativas de pequeños apicultores y de asociaciones (@ecocolmena) que fomentan la apicultura sostenible, tratando de dar prioridad a la salud de las colmenas y la producción ecológica.
Sin abejas no habría vida
Decir que sin abejas no habría vida es una forma de enfatizar el problema, pues estas son los insectos polinizadores más conocidos y eficaces. Sin polinizadores, un tercio de nuestra alimentación desaparecería, y lo que es aún más grave, también lo haría parte del forraje que alimenta a los ganados que comemos, según informaciones divulgadas por la Fundación Amigos de las Abejas.
Pesticidas y cambio climático, gran amenaza para los insectos polinizadores.
Estos insectos son más efectivos que otros polinizadores, como el abejorro, pues una colmena tiene miles de individuos y son selectivos en la elección de las plantas a polinizar.
