Gestos tan aparentemente cotidianos como cocinar o poner una vela podrían tener más riesgos de lo que pensamos para las personas con asma, aunque este sea leve. Un nuevo estudio de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) demuestra que deben tener precaución y procurar mejorar la ventilación cuando cocinen o enciendan velas, ya que los humos que emiten pueden causar irritación e inflamación en el organismo.
Karin Rosenkilde Laursen, postdoctoranda del departamento y coautora del estudio, afirma que queda demostrado que "la contaminación del aire interior causada por los humos de la cocina y las velas encendidas puede provocar efectos adversos para la salud, como irritación e inflamación, en individuos jóvenes con asma leve. Entre otras cosas, hemos encontrado indicios de daños en el ADN y signos de inflamación en la sangre".
Cuando encendemos el horno, ponemos una sartén en la placa o encendemos velas, se producen partículas ultrafinas y gases que luego inhalamos. Estudios anteriores han demostrado que estas partículas y gases pueden ser perjudiciales para la salud. Lo que diferencia a este estudio es que los investigadores se han centrado en los efectos sobre individuos jóvenes con asma leve, de entre 18 y 25 años, afirma Karin Rosenkilde Laursen.
Un estudio aplicable a todas las edades
"En el estudio observamos que incluso los individuos muy jóvenes con asma leve pueden experimentar molestias y efectos adversos si la habitación no está adecuadamente ventilada al cocinar o al encender velas –prosigue–. Por lo general, los jóvenes están en mejor forma física y son más resistentes que las personas mayores y de mediana edad.
Por lo tanto, es preocupante que hayamos observado un impacto significativo de las partículas en este grupo de edad especialmente joven". Pero no sólo las personas diagnosticadas de asma deben vigilar el clima interior, afirma. "Aunque el estudio se centró en jóvenes asmáticos, sus conclusiones son interesantes y relevantes para todos nosotros –alerta–. Se acerca el invierno, una época en la que tendemos a encender muchas velas y quizá seamos menos propensos a abrir puertas y ventanas mientras cocinamos".
"Si damos prioridad a un clima interior más saludable, incluso cuando nos acurrucamos en casa, quizá podamos ayudar a reducir la incidencia de enfermedades pulmonares y cardiovasculares graves, así como del cáncer." Se trata de un estudio de exposición doble ciego controlado y aleatorizado en el que 36 jóvenes asmáticos fueron expuestos a tres exposiciones diferentes en las cámaras climáticas de la Universidad de Aarhus.
Se les expuso a emisiones procedentes de la cocina, a emisiones procedentes de velas encendidas y, por último, a aire limpio. En cada ocasión, los participantes estuvieron expuestos durante cinco horas en condiciones muy controladas. Durante las exposiciones, medimos partículas y gases, y los participantes informaron de síntomas relacionados con la irritación y el bienestar general. Se evaluaron biomarcadores relacionados con cambios inflamatorios sistémicos y de las vías respiratorias antes de la exposición, inmediatamente después de la exposición y de nuevo a la mañana siguiente.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.