El Instituto Santalucía (@santalucia_inst) ha lanzado su propia herramienta para analizar las pensiones: El Pensiométro.
En una nota de prensa, el director del Instituto, José Manuel Jiménez Rodríguez ha explicado que se trata de "un barómetro que permite observar con detalle los principales ejes del sistema público de pensiones, ya que expone de forma nítida y dinámica una fotografía completa de hasta 20 indicadores sobre las pensiones, como son la Demografía, la Cobertura, la Edad de jubilación y otros relacionados con la Sostenibilidad de las pensiones y el Saldo del sistema”.
La plataforma digital contiene los informes que el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social elabora cada trimestre. El grupo está formado por por los profesores de la Universidad de Extremadura, Inmaculada Domínguez y Borja Encimas; de la Universidad Rey Juan Carlos, Miguel Ángel García; y de la Universidad de Valencia, Mar Devesa, Robert Meneu y Enrique Devesa.
Devesa es además, investigador del Instituto Polibienestar y del IVIE e impulsor de El Pensiómetro, ha explicado que el objetivo de la herramienta "es dar a conocer la evolución de los principales datos estadísticos disponibles desde el 2012, y poner de manifiesto su importancia, al permitir analizar efectos tan relevantes como los causados por la crisis de la COVID-19 sobre el Sistema de Seguridad Social en España".
Último informe de El Pensiómetro
En su último informe, El Pensiómetro reflexiona sobre la repercusión de la pandemia en los indicadores del sistema público de pensiones. Los indicadores contables de ingresos, saldo y gastos en la parte contributiva han seguido recogiendo los efectos negativos de la pandemia.
En el documento se indica que los ingresos por cotizaciones siguen estando por debajo de los del año anterior, con una caída del 0,9%, más moderada que la que se registraba en junio (-19,7%) y en septiembre (-5,9%). Los gastos en pensiones contributivas, por su parte, aumentan un 2,8%. Se trata de un crecimiento moderado, pues sigue por debajo del crecimiento normal de estos gastos debido al exceso de mortalidad por la pandemia.
Tasa de dependencia
En cuanto a la demografía ,el informe destaca la inversa de la tasa de dependencia que ha frenado su tendencia al descenso debido también a las elevadas cifras de mortalidad, durante los meses de marzo y abril de 2020, y que ha afectado a la población mayor de 65 años.
El dato del 1 de julio de 2020 es 2 centésimas inferior al de 2019 (3'1 frente 3'12). Estas cifras se engloban dentro de una tendencia a largo plazo del envejecimiento de la población (en 2012 el dato era de 3'58).
Déficit contributivo por pensionista
En el cuarto trimestre de 2020 el déficit contributivo por pensionista se sitúa en 3.470€ y el déficit contributivo por cotizante en 1.632€. Estos valores son en 2020 más de un 50% superiores a lo largo del año anterior, muy alejados de los 296 € y 142 €, que se registraron en los mismos epígrafes en el cuarto trimestre de 2012, hace tan solo ocho años. Mientras que, la pensión media por pensionista se sitúa en 1.122,06 € a finales de 2020, frente a los 1.096,87 € del año anterior y los 919,77 € de hace ocho años.
Aumento del déficit 'oculto' de la Seguridad Social
Entre las conclusiones destaca que el déficit contributivo se ha disparó en diciembre de 2020 hasta los hasta los 30.805 millones de euros, un 2,75% del PIB, con un aumento de 11.000 millones desde diciembre de 2019. Los ingresos sobre el PIB han aumentado al 10,8%, pero los gastos lo han hecho hasta el 13,5%, casi 2 puntos más que en 2019.
Los autores señalan que “para compensar el mayor déficit, se han producido transferencias extraordinarias del Estado a la Seguridad Social, lo que podría ocultar el impacto de la crisis si sólo se observa el saldo por operaciones no financieras. Por eso, conviene observar también el saldo contributivo, que tiene en cuenta únicamente ingresos y gastos contributivos y cuya evolución temporal es más representativa de la tendencia estructural del Sistema de Seguridad Social al no verse afectada por las transferencias del Estado”.
La crisis del coronavirus ha tenido unos efectos muy acusados sobre las cuentas de la Seguridad Social, especialmente en cuanto a la caída de la recaudación por cotizaciones de ocupados. El sistema también ha tenido que hacer frente a mayores gastos por incapacidad temporal derivados de procesos COVID y a prestaciones extraordinarias por cese de actividad de autónomos, aunque el exceso de mortalidad entre los pensionistas ha compensado parcialmente esta mayor carga.