Mónica Van der
Sociedad
Perder a una abuela puede tener efectos duraderos en la salud mental de niños y adolescentes
Los vínculos que forjan madres, nietos y abuelas tienden a provocar secuelas en la salud mental
La pérdida tanto de un abuelo como de una abuela, forma parte del ciclo de la vida Es una etapa natural que lamentablemente todos la hemos pasado, o la pasaremos. Pero son muchos los estudios que revelan que la pérdida de una abuela puede provocar repercusiones en la salud mental de niños y adolescentes.
Muchas veces, no son ellos los que sufren las primeras consecuenciasen forma de depresión en el momento de la pérdida; pero si sus padres. Después de la muerte de una abuela, las madres adultas tienen más probabilidades de presentar signos de depresión. Algunos de estos síntomas suelen ser la dificultad para conciliar el sueño o dormir en exceso, cansancio y la falta de energía a todas horas.
La participación de los abuelos en la vida de sus nietos tiene grandes aspectos positivos; tanto para los padres como para los hijos. Para los padres supone una gran ayuda– dada su experiencia– y apoyo. Para los nietos constituye una atención especial y necesaria donde la mayoría de los casos se forjan vínculos emocionales muy fuertes.
Para llevar a cabo este estudio, se utilizó como muestra de diferentes madres y niños u adolescentes. Los investigadores hicieron un seguimiento desde el nacimiento del niño, y analizaron cómo afrontó cada familia la pérdida del abuelo y abuela maternos.
A partir del estudio, llegaron a la conclusión que en el momento de la muerte de la abuela materna, las madres de los nietos, fueron más propensas a ingerir antidepresivos. Los varones adolescentes que perdieron a su abuela en los siete años anteriores también tenían síntomas depresivos más altos que sus compañeros. No se encontró un aumento significativo de toma de antidepresivos en el momento que falleció el abuelo.
Las pérdidas por el COVID-19
Desde la pandemia y todas las restricciones por el COVID-19, la salud mental ha adquirido un gran protagonismo. Y la razón principal está en todos los estragos reflejados en la salud mental de los más jóvenes, que ha ido empeorando con creces.
Y es que precisamente, una de las causas principales de depresión entre los jóvenes, ha sido la pérdida de un ser querido de edad avanzada. La mortalidad por COVID-19 ha afectado íntimamente a millones de jóvenes, ya que han sido muchísimos los que han experimentado una pérdida significativa durante la pandemia.
Puede resultar difícil identificar cuando el niño o adolescente necesite ayuda psicológica por la pérdida de algún familiar. Muchos niños esconden sus sentimientos, y es muy difícil reconocerlo. Algunos de los principales síntomas que pueden presentar los niños que pueden provocar que suenen nuestras alarmas son: alteración en las notas del colegio, desinterés por la socialización o algún tipo de variación en su carácter.