Un reciente estudio observacional ha concluido que las personas mayores que tienen perros o gatos presentan menos riesgo de desarrollar discapacidades físicas que los que nunca han tenido uno.
Tras realizar una encuesta a 11.233 personas mayores de 65 años en Japón, los investigadores examinaron la relación entre tener perros y gatos con la aparición de discapacidad y la mortalidad. Así, el estudio, publicado en la revista PLOS ONE, determinó que aquellos que tienen perros y gatos realizan más ejercicio con mayor regularidad y tienen relaciones sociales más estrechas, con los correspondientes efectos beneficiosos que suponen sobre el inicio de la discapacidad y la mortalidad.
Seguidamente, se llevó a cabo un seguimiento que duró una media de 3 años y medio, durante los cuales, el 17,1% de los participantes sufrieron el inicio de la discapacidad, mientras que el 5,2% falleció.
Beneficios para la salud y el enevejcimiento
Los resultados indicaron que aquellos que habían tenido un perro tenían la mitad de probabilidades de sufrir discapacidad física en comparación con los que nunca habían tenido uno, si se combinaba con ejercicio físico. En cambio, tener un gato no impactaba de la misma forma en el desarrollo de una discapacidad motora. En cuanto a la mortalidad, descubrieron que vivir con un perro o un gato no suponía ningún cambio significativo.
Así, concluyeron que tener un perro protege a las personas mayores contra la discapacidad en cierta medida, obteniendo beneficios adicionales si se combina con el ejercicio regular. Además, el cuidado diario de un perro puede desempeñar un papel importante en la promoción de la salud y el proceso de envejecimiento.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.