65ymás
Las personas de entre 70 y 80 años que se entrenan para estar más en forma son mejores para resolver tareas cognitivas y tienen menos probabilidades de sufrir deterioro cognitivo, según un estudio realizado por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología y publicado en la revista científica Sports Medicine.
"Nuestros resultados sugieren que estar en forma puede proteger contra el deterioro cognitivo leve en las personas mayores", afirma Ekaterina Zotcheva, autora principal de la investigación.
Después de que los participantes en el estudio hicieran ejercicio durante cinco años, examinaron la función cognitiva de casi 1.000 de ellos. Los hombres y mujeres que habían mantenido o aumentado su forma física durante el estudio tenían una mejor salud cerebral que aquellos cuya forma física había disminuido a lo largo de los cinco años.
La prueba cognitiva a la que se sometieron los participantes es la misma que suele utilizarse para comprobar si las personas corren riesgo de desarrollar demencia. Evalúa la memoria a corto plazo, la función de ejecución y la capacidad de orientarse en el tiempo y el espacio. Una puntuación inferior a una determinada cifra indica un riesgo de deterioro cognitivo leve.
"Sabemos que el deterioro cognitivo leve puede conducir a la demencia en algunos individuos. Cuanto mayor fue el aumento del nivel de forma física de un participante durante los cinco años del estudio, menor fue su probabilidad de desarrollar un deterioro cognitivo leve", dice Zotcheva.
Requisito para un buen funcionamiento del cerebro
En otros dos artículos de investigación, también de investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, la buena condición física parecía ser un requisito importante para el buen funcionamiento del cerebro de las personas mayores.
En ambos estudios, los investigadores analizaron la salud cerebral de más de 100 de los participantes al inicio y después de uno, tres y cinco años de entrenamiento. Los participantes que estaban en buena forma, tanto al inicio del estudio como más adelante, tenían un tiempo de reacción más rápido. Los que mejoraron su nivel de forma física obtuvieron una memoria de trabajo algo mejor.
En el tercer estudio, los investigadores realizaron resonancias magnéticas de los cerebros de los participantes para ver cómo cambiaban el volumen cerebral y el grosor de la corteza cerebral a lo largo del estudio. También en este caso, los participantes más enérgicos salieron mejor parados.
Los participantes que estaban en buena forma cuando comenzó el estudio tenían una corteza cerebral más gruesa después de uno, tres y cinco años, en comparación con los que tenían una menor captación máxima de oxígeno. Pero no encontraron ningún efecto del aumento de la forma física durante el estudio.
La corteza cerebral es la capa más externa del cerebro y es crucial para varias funciones cerebrales importantes, como la atención, la capacidad de tomar decisiones, la memoria de trabajo, el pensamiento abstracto y la memoria. Esta parte del cerebro se va adelgazando con la edad, y el adelgazamiento de la corteza cerebral en distintas zonas está relacionado con distintos tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer y la demencia frontotemporal.